Vecinos de una partida de Lleida denuncian que okupas les insultan y les amenazan

Vecinos de la partida de Vallcalent denuncian haber sufrido agresiones verbales y amenazas por parte de varias personas que la noche del lunes okuparon un chalet situado en el número 114 de la partida. “Hay mucho movimiento por la zona desde la madrugada del día 1 y en la casa hemos visto a una decena de personas de todas las edades, como niños y mayores”, explica el presidente de la comisión de l’Horta, Francesc Montardit. “Algunos allanan fincas privadas para coger caracoles, y cuando nos acercamos para decirles algo se rebotan y nos insultan”, asegura.

Después de estos episodios conflictivos y con el temor por su seguridad a raíz de “conducciones temerarias con vehículos por los caminos de la partida”, los vecinos afectados llamaron a los Mossos d’Esquadra y a la patrulla de l’Horta de la Guardia Urbana. Montardit afirma que los Mossos les aconsejaron “tener paciencia”, evitar la confrontación y llamar al 112 si ocurre cualquier mínimo problema. “Nos tranquilizaron bastante porque están vigilando intensamente la zona, pero explicaron que tienen las manos atadas si los propietarios no denuncian la okupación”, añade. Mientras, la Urbana “nos apoyó por teléfono y se comprometió a aumentar la seguridad en la zona”, según los afectados. “Si los nuevos vecinos no causaran problemas no daríamos tanta importancia a lo ocurrido, pero ya ha habido conflictos y no queremos que vayan a más”, valora Montardit.

La casa es propiedad de un fondo de inversión extranjero, según Montardit, que finalmente habría presentado una denuncia por el allanamiento “después de pedirlo insistentemente desde la asociación de vecinos, pese a que un contacto de la inmobiliaria nos dijo que el grupo financiero no suele denunciar”, asegura el presidente de la comisión. La vivienda okupada, próxima a las granjas del Grup Aragonès, estaba vacía y a la venta. De hecho, hasta ayer aparecía anunciada en portales inmobiliarios web por 405.000 euros y descrita como un “amplio chalet de tres plantas con jardín y parcela rústica agrícola”. Montardit indica que “los okupas son de etnia gitana, probablemente de una o varias familias, y empezaron a frecuentar la zona en una furgoneta semanas atrás”. “Queremos denunciar la injusticia social que se sufre ante estos casos, cuando las leyes ponen tantas trabas para resolver estas situaciones”, concluye Montardit.