Cuando el Eix Comercial de Lleida era más local
Franquicias y cadenas desplazan a los negocios familiares
El Eix es el centro comercial de Lleida desde la Edad Media, más de 800 años de historia durante los que se ha ido transformando a la par que la ciudad. La aparición de los supermercados acabó con la mayoría de pequeñas tiendas de alimentos, y las franquicias y cadenas de ropa están haciendo lo mismo con los comercios familiares.
El Eix Comercial de Lleida, con más de 3,5 kilómetros de calles, es la zona peatonal de tiendas más extensa del Estado y una de las mayores de Europa. Situado en el corazón de la ciudad, tras más de 800 años de historia se mantiene como un punto de encuentro referente para leridanos y visitantes. Los primeros comerciantes de su vía principal, la calle Major, aparecen por primera vez el año 1166 en el inventario del patrimonio arquitectónico de Catalunya. “Antes todo pasaba en el Eix”, afirma la presidenta de su federación de comerciantes, Montse Eritja. Recuerda que “teníamos todos los cines de la ciudad, como el Principal, Victoria o Granados” y que había todo tipo de negocios, con la diferencia de que “hasta hace menos de cincuenta años todos eran familiares”. Añade que “algunos se han perdido, como las tiendas de vino a granel”.
La primera revolución que experimentó el Eix fue la aparición de los supermercados, durante el siglo XX. “Las pequeñas tiendas de alimentación familiares tuvieron que cerrar o especializarse porque solían ser más caras”, indica Eritja. El nuevo siglo también trajo consigo la entrada de multitud de franquicias y tiendas de grandes cadenas de –sobre todo– ropa, , que “fueron un boom porque podían cambiar de colección cada mes y tener precios más bajos”, según Eritja. El Eix sigue siendo centro neurálgico de Lleida, pero ya no es el único. El desarrollo comercial en otras zonas ha dispersado a los clientes, pero Eritja valora que todavía es el lugar favorito de muchos para pasear porque “no hay tráfico de vehículos y está bien comunicado con autobús, aunque faltan plazas de parking y más vecinos que vivan en sus calles”. La más conocida es la calle Major, pero el Eix también incluye Alcalde Costa, Blondel, Magdalena, un tramo de Pi i Margall, Carme y la plaza Sant Joan. Todas sus asociaciones de comerciantes fueron pioneras al federarse hace 25 años para “defender nuestros intereses compartidos”, pero Eritja admite que “falta sentimiento de pertenencia a un grupo”. Sin embargo, “celebraciones como la del 25 aniversario ayudaron mucho porque también participaron los comerciantes que no son socios”, afirma. Un tercio de los más de 400 comercios del Eix están federados.
«Las franquicias ahora se lo han comido casi todo»
Manel
Gerent de la Ferreteria Balius
“El Eix daba servicio a un entorno totalmente agrícola hace cincuenta años, y ahora ha desaparecido. Casi todos los clientes eran agricultores de la ciudad y de todos los pueblos de alrededor. Había tiendas de todo tipo, porque era la única zona comercial de Lleida, y todas o casi todas eran de familias leridanas. No existía el Passeig de Ronda, Ricard Viñes o Prat de la Riba, por lo que todos los clientes se concentraban en el Eix. En los pueblos casi tampoco había comercios, así que venían a la ciudad. Las franquicias ahora se lo han comido prácticamente todo. Primero fueron las grandes cadenas y ahora los negocios orientales, que no paran de crecer. Ambos han supuesto una bajada en la calidad de los productos que se percibe sobre todo en la ropa, que antes tenía más categoría. La asociación de comerciantes sirve para hacer piña entre los pocos negocios tradicionales que quedamos, ya que a la mayoría de franquicias no les interesa. Mi familia abrió la ferretería a principios del siglo XX. Mis abuelos vendían por las ferias de la comarca, y abrieron la tienda en la década de los años 20”.
«Los negocios familiares prácticamente se han perdido»
Ramon Aragonés
Farmàcia Aragonés
“Recuerdo que el Eix estaba vivo todas las horas del día, hace no tantos años. Cuando hacíamos guardia podíamos dejar la puerta abierta hasta medianoche sin preocuparnos, pero ahora la zona da respeto a partir de las nueve de la noche. Los leridanos de toda la vida se han marchado del centro, que se ha degradado con el tiempo, y las calles del Eix se quedan vacías y algo oscuras. Además, la tradición de los negocios familiares prácticamente ha desaparecido, ahora hay muchas más franquicias. En los últimos años también he percibido un aumento de las barberías y de la restauración, cuando recuerdo que antes se concentraba en la plaza Sant Joan. Me parece positivo, porque atrae a más gente al Eix. No obstante, no hay tanta afluencia como hace cincuenta años, pero es normal. Antes era el lugar de negocios para ganaderos o agricultores de la ciudad y de los pueblos cercanos, pero el desarrollo comercial ha dispersado a los clientes. Los vecinos de barrios como Cappont siguen viniendo mucho, pero los de otros más lejanos y de fuera de la ciudad prefieren comercios más cercanos”.