Un juzgado de Lleida perdona una deuda de casi 200.000 euros a un centro sanitario
Por la bajada de clientes durante la pandemia y las altas exigencias del contrato de franquicia
El juzgado de primera Instancia número 6 de Lleida ha perdonado una deuda de 193.193 euros al propietario de un centro sanitario del Segrià quien, debido a la bajada de ventas y clientes durante la pandemia, no pudo hacer frente a las obligaciones adquiridas por contrato de franquicia con una conocida marca, ni al pago de los préstamos que había solicitado para el negocio. Así lo ha informado Bergadà Asociados, la defensa del propietario del centro, a los que el juez aplica la Ley de la Segunda Oportunidad mediante la cual le ha exonerado del pasivo insatisfecho.
El propietario, tras invertir una gran cantidad de dinero en un primer centro sanitario, tomó la decisión de abrir las puertas del negocio en una ciudad del Segrià. "Sabía que era un riesgo, pero veía más posibilidades de crecimiento y aumento de ingresos, puesto que podía llegar a más clientes", recuerda. Asimismo, había firmado un contrato de franquicia con una conocida marca mediante el cual se establecía que cada mes se obligaba a efectuar unas compras mínimas de gafas por un importe elevado.
Desafortunadamente, poco tiempo después de la apertura, en el año 2019 el establecimiento sufrió las consecuencias de la pandemia. "Por un lado se me estaba acumulando el stock, porque no había ventas, y por otro, el hecho que no estuviera en un lugar céntrico también hacía que se redujera el número de clientes. Esto provocó que no pudiera cumplir con lo que exigía el contrato firmado", explica el hombre.
De hecho, tras las exigencias del contrato, barajó en numerosas ocasiones resolver el contrato, pero esa resolución llevaba aparejada una indemnización de más de 15.000 euros más todo lo que no había podido pagar hasta este momento.
Por su parte, la abogada que ha llevado el caso y socia fundadora de Bergadà Asociados, Marta Bergadà, comenta que "estaba en una situación límite que incluso le llegó a pasar factura anímicamente".
Ante esta situación, tomó la decisión de desentenderse con la franquicia para poder sobrevivir, lo que consecuentemente le generó una importante deuda. A ello hubo que sumar todos los créditos que hasta la fecha había ido pagando, pero desbordado por las deudas tampoco pudo atenderlos al convertirse en inasumibles.
La buena noticia llegó recientemente, transcurridos unos seis meses desde que se iniciara el procedimiento, cuando el juez emitía el correspondiente auto mediante el cual le exoneraba del pasivo insatisfecho gracias a la Ley de la Segunda Oportunidad. "Cuando recibí la llamada de Marta Bergadà para darme la enhorabuena porque se me habían perdonado las deudas no me lo creía. Ahora ya lo tengo asimilado y sé que me quitado un peso muy grande de encima. Voy a poder empezar de cero y ver el futuro de otra manera, sin esa gran deuda que tenía".