Dictan en Lleida la primera condena por supremacismo blanco en España

La Audiencia de Lleida se convirtió ayer en el primer tribunal del Estado en juzgar y condenar a dos personas por supremacismo blanco. C.A.L. y W.R.P. aceptaron ayer sendas condenas de tres años y medio y dos años y medio de prisión, respectivamente, por difundir en redes sociales mensajes que animaban a atentar contra inmigrantes, homosexuales y personas con discapacidad. Aunque eran vecinos de Sant Vicenç dels Horts y El Campello (Alicante), se habían aislado en La Pobla de Cérvoles. La condena llega después de un acuerdo al que alcanzaron ayer en el juicio la Fiscalía y las defensas. Se les condenó por un delito de odio. Inicialmente el Ministerio Público pedía tres años. C.A.L. también fue condenado a un año de cárcel por un delito de tenencia ilícita de armas. Asimismo deberán pagar sendas multas de 4.500 euros y no podrán hacer actividades relacionadas con el mundo de la educación durante cinco años. Había otros dos acusados por delitos contra la salud pública –hicieron una plantación de marihuana y en la casa de uno de ellos hallaron otras sustancias como ketamina– y tenencia ilícita de armas. Uno de ellos fue absuelto al retirarle los cargos la Fiscalía mientras que el otro, un joven de Ronda (Málaga), fue juzgado al no alcanzar un pacto. Se enfrenta a cinco años y ocho meses de cárcel.

Se da la circunstancia de que el caso fue enviado a la Audiencia Nacional al considerarse que podían ser acusados por terrorismo, pero el tribunal lo devolvió a Lleida al entender que no tenía recorrido por tales delitos pero sí por el de odio. Los abogados de ambos condenados afirmaron que alcanzaron una conformidad “para salvaguardar los intereses de nuestros representados” y añadieron que estos “han sido víctimas de una caza de brujas imputándoles delitos que no tienen ni pies ni cabeza” y que hasta “podría considerarse un “delito provocado”.

Se considera probado que los dos hombres hicieron difusión del pensamiento racista en webs y en diferentes canales de mensajería instantánea, además de publicar mensajes que enaltecían actos terroristas e incitaban a cometer actos similares al asesinato supremacista de 51 personas en Nueva Zelanda en 2019 o el de Anders Breivik, el terrorista de extrema derecha autor de los ataques de Noruega de 2011 y culpable del asesinato de 77 personas. A través de estos canales, defendían su intención de abastecerse de armas y prepararse para lo que llamaban la “guerra racial”. Para crear estas comunidades, los dos condenados vivieron durante unos meses en dos casas aisladas en La Pobla de Cérvoles.