Tres chicas declaran haber sufrido tocamientos por parte de un hombre con quien convivían en el Alt Urgell el año 2020

La Audiencia de Lleida ha acogido este miércoles el juicio a un hombre acusado de agredir y abusar sexualmente de tres chicas menores de edad que acogía, junto con su expareja, en una casa situada en el término de Coll de Nargó. Las jóvenes, ahora mayores de edad, han declarado que sufrieron tocamientos por parte del acusado cuando este las llevaba en coche al instituto o a una casita que tenía en la montaña. Una de ellas, además, ha dicho que el hombre le introdujo los dedos en la vagina y también le pidió tener sexo en más de una ocasión. Por su parte, el acusado ha negado los hechos: "Todo eso es mentira. Las ha manipulado mi expareja para arruinarme la vida". El fiscal pide 24 años de prisión por los delitos continuados de agresión y abuso sexual.

El hombre tenía una relación sentimental con una mujer y acogían a las tres chicas en una casa en Gavarra (Coll de Nargó). Una de las jóvenes era la hija de su pareja y las otras dos estaban en régimen de acogida, ya que en su país de origen se encontraban en situación de riesgo. Les menores han declarado que los abusos tuvieron lugar entre septiembre y octubre de 2020, después de que el hombre se separara de la mujer. Han explicado que el acusado les hizo tocamientos en más de una ocasión cuando las llevaba en coche de casa a su centro educativo y también cuando se encontraban en una casita de vigía que él tenía en el campo.

Las jóvenes han detallado que sufrieron los tocamientos en diferentes partes del cuerpo como la entrepierna, los pechos o el culo. Una de ellas ha relatado también que un día el hombre se masturbó delante suyo y le llegó a introducir los dedos con semen en la vagina, por lo cual tuvo que hacerse pruebas y tomar medidas preventivas en el hospital de la Seu d'Urgell. En este sentido, las chicas han sufrido desde los hechos episodios de ansiedad y depresión, con lo cual han necesitado tratamientos médicos.

Fue la pareja del hombre quien descubrió los hechos después de notar que una de las chicas llegó "trastornada" una noche a casa después de estar con el acusado. Reunió a las jóvenes en una habitación y todas ellas empezaron a relatar qué había sucedido con el hombre en los últimos meses. Así, la mujer presentó la denuncia ante los Mossos.

El psicólogo del Departamento de Justicia, que atendió a las menores, ha indicado que los relatos son "coherentes, consistentes, aportan detalles, se complementan y hacen alusiones al asco y la confusión que sintieron". "Explican los tocamientos desde su perspectiva y todo encaja de manera bastante clara, no parece que haya fabulación", ha añadido.

Por su parte, el hombre ha negado las acusaciones durante su declaración. "Todo eso es mentira. Nunca ha habido ningún tocamiento ni he tenido ninguna relación mala con ellas". Preguntado por el ministerio fiscal por qué creía que las chicas lo acusaban de eso, el hombre ha respondido: "Yo creo que las ha manipulado mi expareja para arruinarme y amargarme la vida".

En las conclusiones, el fiscal, Jorge Lucía Morlans, ha pedido una sentencia condenatoria para el acusado. "Cada una de las menores ha explicado los episodios que tuvieron que pasar y no hay dudas de su credibilidad. Hemos tenido que hacer un remanso para que una de ellas pudiera declarar en paz, estas emociones son esenciales para valorar su credibilidad", ha dicho. "Sus relatos son coherentes y sin contradicciones", ha añadido.

Con todo, el ministerio fiscal y la acusación particular solicitan para el acusado 24 años de prisión por un delito de agresión sexual y dos de abuso sexual continuados a menores de 16 años. También pide que se le prohíba acercarse a las víctimas a menos de 200 metros y comunicarse durante 10 años, así como 8 años de libertad vigilada e indemnizaciones que, en total, suman hasta 24.000 euros.

En cambio, la defensa ha pedido la absolución. En primer lugar, ha aportado un informe contra pericial en el elaborado por los peritos del departamento de Justicia en que se señalaba que la metodología para obtener la versión de los hechos de las chicas era "insuficiente". En segundo lugar, el abogado ha defendido que "no hay ninguna prueba objetiva" para culpar el suyo representado de los hechos de los cuales se le acusa.