JUICIO
La médico que transfundió sangre a un testigo de Jehová a Lleida: "Estaba consciente, estiraba el brazo y no se oponía"
Dice que el hombre no firmó el documento de rechazo a la transfusión porque "no estaba convencido y era aceptar la muerte"
La médico que transfundió sangre a un testigo de Jehová en el hospital Arnau de Vilanova de Lleida en el 2016 ha declarado al juzgado de lo Penal 2 que el hombre no firmó el documento para rechazar la transfusión porque "no estaba convencido y significaba aceptar su muerte". La acusada ha dicho que el denunciante sufría la "coacción ambiental" de los miembros de la congregación que lo acompañaban en el box de urgencias, pero cuando estos se marcharon delegó la decisión de transfundirse sangre en su hermano, conocedor que este era favorable al procedimiento. Así, se le transfirieron cuatro bolsas de sangre porque "no había alternativa" durante 7 horas en las cuales el paciente "estaba consciente, extendía el brazo y no se opuso", ha dicho la acusada.
Lleida
El testigo de Jehová dice que prefería morir antes de recibir una transfusión
Albert Guerrero
La médica, que el 21 de julio de 2016 estaba al cargo de la dirección médica del Hospital Arnau de Vilanova de Lleida, ha explicado que se solicitó su atención ante la negativa del testigo de Jehová a recibir la transfusión de sangre y a firmar el documento de renuncia. Así, se desplazó al box de urgencias donde se ubicaba el paciente, que estaba acompañado de los miembros de la congregación y de un hermano suyo. En este sentido, indicó que los miembros de la congregación generaron una "coacción ambiental" hacia el paciente y también hacia ella.
Cuando estos se marcharon y sólo quedaban el hombre, cuyo estado clínico había empeorado, y su hermano en la sala, la médica explicó al paciente que sufría una hemorragia digestiva aguda y que necesitaba una transfusión de sangre o podía morir. Le dijo que respetaba su decisión de rechazar la transfusión, pero que debía firmar el documento de renuncia. Ésta se lo mostró "varias veces" pero "no lo firmó porque no estaba convencido y significaba aceptar su muerte", declaró la acusada.
La médica, que lleva 18 años trabajando en el área de urgencias de hospitales, indicó que "no tenía dudas" de que el paciente tenía su "voluntad rota" y que se encontraba en una situación "de extrema gravedad que iba a matarlo". Entonces, el hombre dijo que haría lo que dijera su hermano, conocedor de que éste era favorable a hacerle la transfusión, según ha dicho la médica.
De esta forma, se inició el proceso de transfusión de cuatro bolsas de sangre, que eran las "necesarias para estabilizarlo". El procedimiento duró unas 7 horas y se realizó con "total normalidad", dijo la acusada. "Él estaba consciente, podía comunicarse, podía ver las bolsas de sangre y extendió el brazo voluntariamente. Estuvo tranquilo y no manifestó ningún síntoma de rechazo o ansiedad", declaró.
Asimismo, otra enfermera que atendió al paciente ese mismo día también ha ratificado la versión de la acusada. "Respetamos su decisión de no firmar y en ningún momento lo coaccionamos", declaró. En este sentido, ha dicho que el paciente estaba consciente y era capaz de firmar el documento de renuncia. "No firmó y podía firmar", ha dicho la testigo, que ha añadido que el hombre recibió la transfusión de sangre sin oponerse y "extendiendo el brazo". Ambas afirmaron también que no se les mostró ningún documento de voluntades anticipadas.
Otro de los testigos que han declarado fue el responsable del Sistema de Información del Institut Català de Salut en Lleida para corroborar que el documento de renuncia a la transfusión se tramitó ese día.
El juicio sigue este jueves con las conclusiones. El denunciante pide para la acusada 15 meses de cárcel por los delitos de coacciones, lesiones y contra la integridad moral.