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TRIBUNALES JUICIO

La doctora denunciada por el testigo de Jehová: “No firmó el rechazo a la transfusión porque era aceptar su muerte”

La doctora acusada declara que el testigo de Jehová sufrió “coacción ambiental” en el box de miembros de la congregación

“Extendió el brazo y no puso resistencia”

Vista de la segona sessió del judici celebrada ahir al Jutjat Penal 2 de Lleida.

Vista de la segunda sesión del juicio celebrada ayer en el Juzgado de lo Penal 2 de Lleida. - L.G.

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La doctora del Arnau de Vilanova acusada por hacer transfusiones de sangre a un testigo de Jehová declaró ayer en el juicio que el paciente “no firmó el documento de rechazo porque no estaba convencido y porque hacerlo significaba aceptar su muerte”. Durante su declaración en el juicio que se celebra esta semana en el Juzgado de lo Penal 2 de Lleida, la facultativa, que el 21 de julio de 2016 era la “máxima autoridad” en el hospital, no mostró dudas de que el estado del paciente era de riesgo vital por una hemorragia digestiva y que no había un tratamiento alternativo a una transfusión de sangre. Explicó que se entrevistó con él cuando sus compañeros le informaron de que se negaba a la transfusión. “Cuando entré en el box, había cuatro personas pertenecientes a la congregación y un familiar, en una esquina. El paciente no mantuvo contacto visual conmigo, solo con los de la congregación. Había una coacción ambiental hacia él y hacia mí”, señaló. Asimismo, añadió que cuando estos se fueron, el paciente delegó en su hermano la decisión de transfundirse sangre, sabiendo que este era favorable. “Le informamos de su estado y de los riesgos de no recibir tratamiento, y le dije que no haría nada que no quisiera y que le respetaría, pero que debía firmar el documento de rechazo, cosa que no hizo”, afirmó la doctora. 

La facultativa insistió en que el paciente estaba consciente en todo momento y que finalmente le hicieron la transfusión “porque no había alternativa”. Explicó que el proceso duró siete horas en las que el hombre “estaba tranquilo y estiraba el brazo de forna voluntaria, sin oponer ninguna resistencia”. Asimismo, señaló que, con 18 años de experiencia que tenía entonces en el área de Urgencias, no tenía ninguna duda de que “la voluntad del paciente estaba quebrada” y que se encontraba “en una situación de extrema gravedad que lo iba a matar”.

Por su parte, otra doctora que estaba en Urgencias ese día ratificó la declaración de la acusada y afirmó que tampoco veía claro que el paciente no quisiera recibir la transfusión. “Él estaba como cohibido, no lo veía convencido, por lo que decidí llamar al juez para preguntarle qué podíamos hacer”, señaló. Asimismo, explicó que ante su negativa, le dijeron al paciente que debía firmar el certificado de rechazo. “No se le coaccionó y se respetó su decisión. No había ningún motivo para que no firmara el documento, era capaz y no quiso hacerlo”, afirmó. En cuanto a la transfusión, dijo que “se dejó poner la sangre, no ofreció ninguna resistencia”. El juicio continuará hoy con más periciales y las conclusiones.

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