JUICIO
La transfusión de sangre al testigo de Jehová al hospital Arnau de Lleida era "ineludible" y se actuó "correctamente"
Así lo han declarado en el tercer día de juicio doctores y especialistas citados por la defensa
El juzgado de lo Penal 2 de Lleida acoge el último día de juicio a una médico acusada de transfundir sangre a un testigo de Jehová al hospital Arnau de Vilanova en el 2016. La sesión ha empezado con la declaración de los peritos citados por la defensa: dos doctores con décadas de años de experiencia en hospitales como Bellvitge, Clínic o Sant Pau de Barcelona. Ambos han dicho que el informe médico del paciente indica que estaba en el "umbral de la muerte" cuando llegó al centro y que hacerle la transfusión de sangre era "ineludible" y "el único tratamiento" posible en aquel momento para estabilizarlo, contradiciendo las alternativas propuestas por los peritos de la defensa. Una médico forense y psiquiatra ha añadido que hubo "buena praxis" en el trato al paciente.
Lleida
El testigo de Jehová dice que prefería morir antes de recibir una transfusión
Albert Guerrero
El primero en declarar ha sido un doctor en medicina y catedrático con 50 años de experiencia en hospitales de todo el país, como el Clínic y Bellvitge. El doctor, citado como perito después de estudiar el informe médico, ha dicho que el paciente llegó al Hospital Universitari Arnau de Vilanova de Lleida con una anemia y hemorragia digestiva aguda por las que tenía un nivel de hemoglobina muy bajo y un riesgo de morir "extraordinariamente alto". En este sentido, ha dicho que el diagnóstico estuvo "bien fundamentado", con notas clínicas "perfectamente correctas" y que la transfusión de sangre era "ineludible".
En la misma línea, un doctor con años de experiencia como responsable de la UCI en el hospital Sant Pau, ratificó que el paciente estaba en el "umbral de la muerte". Defendió también que desde que éste ingresó el único tratamiento indicado era hacerle la transfusión de sangre. Así, ambos peritos explicaron que el estado crítico del testimonio de Jehová imposibilitaba aplicarle tratamientos alternativos para estabilizarlo como los que proponían los peritos de la defensa. A modo de ejemplo se ha mencionado el hierro intravenoso.
"Este tipo de tratamiento nos habrían permitido estabilizarlo si tuviéramos más tiempo, pero en ese momento no servían", insistieron los declarantes, que añadieron que los tratamientos alternativos podrían haber sido un "factor desestabilizador mortal". También ratificaron que no se le podía hacer una gastroscopia sin primero estabilizarlo, ya que implicaba sedarlo.
En cuanto a la firma del documento de renuncia a la transfusión, el hombre no lo firmó y se negaba verbalmente a transfundirse sangre mientras estaba acompañado de los miembros de la congregación en el box de urgencias. Cuando estos se marcharon, las médicas le preguntaron nuevamente por su opinión, ya que no le veían convencido. El paciente delegó la decisión a su hermano, conocedor de que era favorable a la transfusión.
A este respecto, los peritos han opinado que las médicas actuaron correctamente. "Se informó bien al paciente. Debían comprobar si su voluntad no había cambiado con el paso de las horas y era independiente", expresaron.
Por su parte, una médico forense y psiquiatra consideró que "hubo buena praxis". Señaló que la transfusión de sangre duró seis horas y tanto en ese tiempo como en los días que pasó ingresado el hombre "se esperaría una reacción de ansiedad por su parte que no he detectado en las anotaciones clínicas", ha señalado. declarado.
Sin embargo, la Fiscalía y la defensa piden la absolución de la médica. La acusación, por su parte, ha incluido al agravante muy calificado en los delitos de coacciones y contra la integridad moral al considerar que la acusada se primó de su cargo por prevaricar. Le acusan también del delito de lesiones. Se enfrenta a un año y tres meses de cárcel, dos años de inhabilitación y una multa de 10.000 euros por los daños causados. Ha quedado visto para sentencia.