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Agrotecnio y la UdL desarrollan un arroz resistente a la piricularia, un hongo que puede echar a perder la cosecha

Los fungicidas permitidos para tratar la enfermedad se reducen y ahora la UE abre la puerta a comercializar esta variedad

Uno de los investigadores que ha liderado el proyecto, Paul Christou, muestra varias plantas de arroz resistentes a la piricularia en el laboratorio de Agrotecnio en la UdLAnna Berga / ACN

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Agrotecnio y la Universitat de Lleida (UdL) han desarrollado un arroz resistente a la piricularia, una enfermedad causada por un hongo que puede provocar verdaderos estragos en el campo e incluso echar a perder la cosecha entera. La investigación, centrada en la variedad bomba, ha consistido en desactivar un gen propio de la planta que el hongo necesita identificar para poder infectarla. Así, el hongo es incapaz de reconocerla y, por lo tanto, no la puede invadir. Actualmente, esta enfermedad sólo se puede tratar con productos fitosanitarios, a pesar de que la lista de los fungicidas autorizados por la Unión Europea cada vez es más reducido. Y en este contexto, Europa ha abierto la puerta a comercializar vegetales obtenidos con nuevas técnicas genómicas, como este arroz.

El arroz desarrollado es el resultado de dos proyectos financiados por el Ministerio de Ciencia e Innovación (Sutainrice i Blast-Away) con la implicación de una empresa del sector. Sin embargo, el grupo de investigación de Biotecnología Aplicada de Agrotecnio, que lideran Paul Christou y Teresa Capell, hace más de 30 años que trabaja en biotecnología del arroz y edición genética, mientras que el grupo Forestal dirigido por Jordi Voltas hace más de 20 que colabora con empresas de producción de semilla de arroz del Delta del Ebro.

Alternativa a los pesticidas

La piricularia, también conocida como quemado del arroz, es una de las principales enfermedades que afectan al arroz y provoca grandes pérdidas productivas. En Cataluña la producción de este cereal se concentra sobre todo en el Ebro y, según los datos provisionales del Departamento de Acción Climática, el año pasado se produjeron al conjunto del país un total de 108.827 toneladas de arroz en una superficie plantada de 20.542 hectáreas.

Para tratar este hongo se utilizan fungicidas, aunque la Unión Europea ha restringido el uso y la previsión son que la lista de productos que se pueden utilizar todavía se reduzca más de cara al futuro. Y en este contexto, el arroz resistente a la piricularia se erige como una alternativa para los agricultores que sin los productos fitosanitarios no tienen la posibilidad de atacar esta enfermedad.

"Si prohíben a los únicos químicos que pueden controlar la enfermedad, como pasa ahora, entonces los agricultores no podrán producir y, por lo tanto, estarán en una situación terrible. Nuestra tecnología ofrece una alternativa, no sólo a los pesticidas químicos, sino también a una manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente de abordar el problema sin hacer uso de químicos", ha explicado a la ACN Paul Christou, uno de los científicos que ha liderado la investigación junto con Teresa Capell y Jordi Voltas.

Paso en Europa para impulsar productos NTG

El Parlamento Europeo dio luz verde el pasado 7 de febrero a la propuesta de la Comisión Europea de apostar por cultivos obtenidos a través de Nuevas Técnicas Genómicas (NTG), es decir, que alteran el material genético de un organismo. El objetivo de esta propuesta legislativa es hacer el sistema alimentario más sostenible y resiliente, desarrollando variedades de plantas resistentes a plagas, sequía o a otros problemas, que además den una mayor producción y requieran de menos fertilizantes y pesticidas.

Actualmente, las plantas que se obtienen mediante NTG están sujetas a la misma normativa que cualquier Organismo Genéticamente Modificado (OGM), del año 2001. Sin embargo, existen diferencias. En comparación con un organismo no modificado, los organismos producidos por las NTG pueden tener pequeños cambios en su código genético que también podrían ocurrir en la naturaleza o mediante la mejora convencional.

Es el caso del arroz desarrollado en Lleida, que es indistinguible de una variedad original que hubiera mutado por sí sola. La diferencia es que mediante las técnicas tradicionales este resultado se vería en un plazo de entre 10 y 15 años, en el mejor de los casos, mientras que con la edición genética tardaría sólo 1 o 2 años.

Por lo tanto, el paso de la Eurocámara abre la puerta a la comercialización en Cataluña y toda Europa de esta variedad de arroz bomba. Hasta que este arroz llegue a las estanterías de los supermercados, sin embargo, todavía pasarán como mínimo cinco años, ha explicado Christou, que señala que el siguiente paso del proyecto es realizar ensayos de campo.

Por su parte, el director de Agrotecnio, José Antonio Bonet, ha destacado que el hecho de que el centro de investigación lleve años trabajando en esta línea y que en estos momentos ya tengan "un producto para salir ya al mercado" les da una "ventaja competitiva muy importante" que beneficiará a los productores catalanes y del resto del estado.

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