LLEIDA
Los vecinos desalojados vuelven a casa
La Paeria autorizó ayer a los del edificio del número 33 de la calle Múrcia a regresar tras verificar que es seguro
Los de los otros 4 bloques que fueron evacuados volvieron la noche del miércoles
Los vecinos del número 33 de la calle Múrcia desalojados el miércoles tras el colapso de un edificio de Boters pudieron volver hacia el mediodía de ayer a casa después de que técnicos municipales verificaran que su estructura es segura.
Estos vecinos fueron evacuados por prevención tras el derrumbe junto con los del número 31 de la misma calle y los del 17, 19 y 25 de Boters. En total se desalojaron a 34 personas, pero los del número 33 fueron los únicos que no pudieron volver a sus casas el miércoles porque los técnicos del ayuntamiento tapiaron la entrada a la espera de garantizar que el edificio es seguro. El ayuntamiento les ofreció un alojamiento y tres personas lo solicitaron, otras cinco recibieron atención de los servicios sociales y el resto de vecinos no pidieron ningún tipo de asistencia al tener un alojamiento donde pasar la noche. Finalmente, ayer por la mañana los técnicos municipales hicieron una última revisión del edificio junto con operarios de la empresa B-Biosca, que se encarga de la demolición del bloque de Boters a instancias de la Paeria, y agentes de la Guardia Urbana. “Hemos revisado todas las plantas del edificio y no vemos indicios de que su estructura esté dañada o sea insegura, por lo que ya hemos avisado a los vecinos del bloque de que pueden volver a sus casas si lo desean”, aseguró un técnico municipal. Al mediodía, la mayoría de los vecinos ya estaban en sus viviendas, y se mostraron aliviados y agradecidos a los técnicos municipales. “Vaya dos días llevamos, pero por fin todo este culebrón se ha terminado”, dijo uno de los residentes en el número 33 de la calle Múrcia.Paralelamente, los operarios de B-Biosca acabaron ayer el derribo del número 22 de la calle Boters que sufrió el derrumbe. Las labores de ayer se centraron en la retirada de escombros y la limpieza del solar después de que el día anterior una gran retroexcavadora acabara de demoler lo que quedaba del inmueble. Cabe recordar que este edificio estaba declarado en ruina económica por el ayuntamiento, que ordenó su demolición a la propietaria, una particular. Esta entregó las llaves del inmueble a la Paeria para que lo derribara de forma subsidiaria, es decir, que los trabajos los encarga el consistorio pero después pasará la factura a su titular. Por otro lado, ayer la Guardia Urbana arrestó por la noche a dos personas por robar enseres de la retroexcavadora que derribó el bloque de Boters (más información en la página 10).