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TRIBUNALES LEY DE LA SEGUNDA OPORTUNIDAD

Perdonan una deuda de 28.000 euros a un vecino de Lleida

El hombre había solicitado varios préstamos para subsistir y hacer frente a la manutención de sus hijos

Imatge d’arxiu de l’edifici judicial del Canyeret.

Imatge d’arxiu de l’edifici judicial del Canyeret. - SEGRE

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El Juzgado de Primera Instancia (mercantil) número 6 de Lleida ha perdonado una deuda de 27.881,93 euros a un hombre que tuvo que solicitar varios préstamos, tras quedarse sin trabajo, para poder subsistir y hacer frente a la manutención de sus hijos menores de edad tras el divorcio. De este modo, el juez exonera del pasivo insatisfecho al cliente del despacho Bergadà Asociados al aplicar la Ley de la Segunda Oportunidad.

En cuanto a los hechos, su situación de insolvencia se originó con la drástica reducción de sus ingresos y la disminución de su calidad de vida. Esto se debió a varios factores, incluyendo la necesidad de mudarse de domicilio debido a motivos laborales, así como el tener que afrontar su separación matrimonial y la correspondiente manutención de sus hijos, la cual nunca dejó de abonar.

En este sentido, el vecino de Lleida se vio obligado a mudarse a otra localidad debido a sus compromisos laborales, dejando así atrás su residencia habitual en la capital del Segrià. Esto le generó unos gastos adicionales, ya que tenía pocos ahorros y tuvo que hacer frente a todos los costos relacionados con el traslado.

No obstante, todo se agravó cuando le despidieron de la empresa por causas ajenas a su persona, lo cual perjudicó notablemente su economía y eso repercutió gravemente en su núcleo familiar. "Llegó un momento en el que tuve que dejar de pagar recibos porque estaba con el agua al cuello", comenta.

Posteriormente, se separó legalmente de su pareja y, a través de un convenio regulador, se estableció el compromiso de proporcionar una pensión alimenticia para sus hijos menores de edad. "A eso, hubo que sumarle que había conseguido un nuevo empleo, pero me despidieron. Supuso un nuevo batacazo, pero logré otro empleo. Al no tener ahorros empecé a solicitar préstamos pequeños con intereses abusivos para poder salir del paso y hacer frente a mi propio sustento y al de mis hijos. No obstante, me acabaron embargando la nómina. Estaba abrumado por toda la situación", lamenta. "Llegó un punto en el que sobrevivía o pagaba, así que tuvo que dejar de pagar por mera supervivencia, ya que nunca dejé de pagar la pensión alimenticia de mis hijos, el alquiler del piso ni mi propia comida. Pero no tenía ningún lujo ni tan siquiera vida social".

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