LLEIDA
La Paeria ordena cerrar una tienda al vulnerar las normas de seguridad
Sus artículos casi impidían el paso a las personas y algunos inflamables están apilados de cualquier manera
De productos de segunda mano en Lluís Companys
El ayuntamiento ha ordenado la suspensión inmediata de la actividad de una tienda de productos de segunda mano porque el desorden en el que estaban colocados sus artículos hacía que casi no haya pasillos ni zonas de paso y la forma en la que estaban acumulados suponía un elevado riesgo de incendio. Se trata de un establecimiento en los bajos del número 23 de la calle Lluís Companys que la Guardia Urbana inspeccionó el pasado 19 de febrero y comprobó que sus productos “se encuentran apilados sin ningún tipo de orden a lo largo de los pasillos interiores, con el consecuente riesgo de incendio del material altamente inflamable”. Esta acumulación de artículos hace que “el paso interior del local esté muy reducido a consecuencia del desorden”, lo que “obstaculizaría una posible intervención de extinción de incendio”. Durante la inspección también se detectó que había un altillo con más productos de segunda mano “amontonados”, parte de ellos inflamables, y la zona no disponía de extintores, mientras los que había en la planta baja estaban en zonas “prácticamente inaccesibles”.
Tras la inspección de la Guardia Urbana, el ayuntamiento emitió otro informe en el que corroboraba “la falta de orden, acumulación, así como la dejadez de los materiales” hace que circular por la tienda sea prácticamente imposible, lo que incumple la normativa sobre accesibilidad en establecimientos comerciales. Esta acumulación de material también supone un riesgo de incendio “mucho más elevada de lo que correspondería en condiciones normales”, lo que también es un incumplimiento grave de la normativa.Por todo ello, el ayuntamiento ordenó el 1 de marzo la suspensión inmediata de la actividad de esta tienda hasta que “ordene los materiales por zonas y tipologías”, habilite pasillos y zonas de paso para garantizar la rápida evacuación de sus clientes en caso de incendio, poner extintores en el altillo y que los de la planta baja estén en zonas de fácil acceso. Asimismo, le daba cinco días para “la retirada inmediata del material acumulado” hasta que se reduzca drásticamente la carga de fuego del local. Advertía que incumplir esta orden comportará el precinto del establecimiento.