SALUD TERCERA EDAD
Los mayores piden un modelo de residencias “más humanitario para una vejez digna”
Debate en el Ateneu La Baula sobre el auge de alternativas a los centros actuales || Exigen desfamiliarizar y desfeminizar las curas y terminar con la mercantilización de la tercera edad
El sector de las residencias está en el punto de mira después de que la pandemia de coronavirus expusiera de forma dramática las carencias que venían sufriendo este tipo de centros. La falta de financiación pública y la escasez de personal son algunos de los problemas que repercuten de forma directa en la calidad de la asistencia que reciben personas mayores dependientes. Por ello, el Ateneu Cooperatiu La Baula celebró ayer un debate sobre modelos alternativos a los centros tradicionales para garantizar una vejez digna. El interés que despertó el tema fue tal que el aforo de la sala quedó completo. Amanda Verroue, miembro del sindicato vasco LAB y del colectivo Mujeres del Mundo, remarcó la necesidad de avanzar “hacia un proyecto público que permita desfamiliarizar y desfeminizar las curas para abordarlas no solo a nivel sanitario, sino también educativo y laboral”. “Es un cambio de paradigma, una lucha feminista y anticapitalista”, afirmó. Por su parte, Ana Ramírez, de Marea Residències, alertó de “la desconexión” del público general con la problemática que alberga el sector” en materia de precariedad. El Grup de Dones de Lleida, el CDR Noguerola-Diputació, la Marea Pensionista y la Marea Residències organizaron el debate, que estuvo moderado por la directora de SEGRE, Anna Sàez.
Dos leridanos, en un proyecto de covivienda sénior
Josep M. Ricarts, de la cooperativa Sostre Cívic, dio a conocer ayer en La Baula el proyecto de covivienda sénior que la entidad impulsa en Sant Feliu de Guíxols, en Girona. Se trata de Walden XXI, que plantea un modo autogestionado y activo de vivir la vejez. Lo forman personas de entre 55 y 70 años que han reformado un antiguo hotel desuso y que incluye espacios de vivienda equipados y espacios comunes como jardín, infermería, consulta de fisioterapia o talleres. “Es necesario defender la desinstitucionalización del sector”, dijo Ricarts, que añadió que “tenemos que apostar por el futuro que queremos”.Asistieron al debate dos leridanos que próximamente se instalarán en el edificio de Walden XXI. Se trata de Manel Cortés y Concepció Esteve, que se involucraron en el proyecto en su fase embrionaria. “Decidimos apostar por Walden XXI tras hacernos socios de Sostre Cívic e investigar si había algún proyecto parecido en Lleida”, explicó Estve, que añadió que “si algún dia lo hubiera, venderíamos nuestras participaciones en Walden XXI y vendríamos aquí, pues estaríamos más cerca de los nuestros”. Por su parte, Cortés explicó que “es una lástima que no haya en Lleida el suficiente interés para impulsar un proyecto parecido, pues estoy convencido que la calidad de vida que ofrece es muy estimulante”.
El País Vasco invierte un 30% más por residente
Ana Ramírez alertó ayer de la precarización que sufren las trabajadoras del sector. Aseguró que otras comunidades como el País Vasco invierten más por cada residente en centros públicos que en Catalunya, lo que también afecta la calidad de vida de los usuarios. En concreto, el País Vasco destina 3.300€ al mes por persona, mientras que Catalunya, 2.000€.