LLEIDA
Detenido un menor de Lleida acusado de ser un 'depredador sexual' usando redes sociales
La Policía Nacional ha recibido denuncias de más de 20 jóvenes de Barcelona, Oviedo, Palencia, Madrid o Palma a las que acosaba
El juez decretó su ingreso en régimen cerrado tras solicitarlo la Fiscalía
Un menor de Lleida está acusado de ser un “peligroso depredador sexual” después de ser detenido por la Policía Nacional presuntamente por haber acosado a más de 20 jóvenes a través de las redes sociales. Según confirmaron fuentes próximas a SEGRE, la detención se llevó a cabo el pasado mes de enero y el juez decretó, tras la petición de la Fiscalía de Menores de Lleida, una medida cautelar de internamiento en régimen cerrado. Según informó ayer la Policía, el detenido suplantó la identidad de un joven de Barcelona a quien sustrajo sus fotografías en redes sociales para utilizarlas en los perfiles con los que contactaba con sus víctimas. Tras comunicarse con las jóvenes a través de una conocida red social, las extorsionaba sexualmente a través de otra plataforma y, además, solicitaba a diferentes personas que abriesen perfiles en redes sociales, ya que él no podía crear más.
La investigación de la Unidad Central de Ciberdelincuencia se inició a raíz de varias denuncias en diferentes provincias de acoso sexual a menores a través de la red. No tardaron en aislar una serie de características únicas como el modus operandi, los nombres de usuario utilizados o la forma de solicitar las imágenes de contenido sexual y de amenazar a las víctimas, que hacía con “especial crueldad”. Esto permitió a los agentes recopilar 22 denuncias interpuestas ante la Policía Ncional en Barcelona, Oviedo, Palencia, Madrid, Palma de Mallorca, Torrejón de Ardoz y Granada. La Policía destaca que la dificultad de la operación ha radicado en la existencia de muchos perfiles diferentes desde los que se estaban cometiendo los hechos. Además, las direcciones IP desde las que los abrían y accedían a ellos se geoposicionaban en múltiples lugares de España, sin mostrar sus titulares relación aparente entre ellos. Comprobaron que había ciertas direcciones IP que se repetían en todas las investigaciones. Estas conducían a dos domicilios concretos, separados por unos pocos kilómetros. Finalmente, llegaron hasta la vivienda del menor, al que le incautaron el teléfono móvil, que contenía evidencias de los hechos.