Magraners hará un recuento de las casas más antiguas tras el desplome

La presidenta de la asociación de vecinos de Magraners, Pili Sánchez, afirmó ayer que harán un recuento de las casas de la parte más antigua del barrio que puedan estar condiciones similares a la del número 21 de la calle Martos que el martes sufrió un desplome, que se saldó con tres personas heridas. El objetivo es saber si alguna necesita actuaciones de mejora y evitar nuevos siniestros. En ese punto del barrio hay casas autocontruidas por los propios vecinos cuando se instalaron en Magraners en pleno auge de la llegada de personas de otros puntos del Estado. Esta situación se produjo también en el Secà de Sant Pere y su presidente vecinal, José Carreiro, consideró necesario que casas antiguas del barrios sean también revisadas.

El presidente del Colegio de Arquitectos, Lluís de la Fuente, explicó que en casas edificadas en los años 50 o 60 se solían usar materiales de baja calidad y que estructuralmente podían tener deficiencias. Asimismo, recordó que por normativa los edificios de más de 45 años deberían ser sometidos a una inspección técnica (ITE) y que la obligación de mantenerlos en buen estado recae en los propietarios. Planteó que debería ser más sencillo acceder a ayudas para rehabilitarlos

La Paeria declaró ayer en ruina inminente la casa, tal como había apuntado la técnica municipal que la revisó. En su informe indica que la causa del colapso fue el mal estado del forjado, que perdió su capacidad de resistencia, y añade que las patologías existentes hacen inviable rehabilitar el inmueble, por lo que en los próximos días será derribado. El ayuntamiento ha ordenado a la constructora contratada ejecutar las obras con urgencia e instalar vallas de seguridad en las calles Martos y Sant Roc para evitar el paso de personas. También ha ordenado construir una pared medianera de refuerzo una vez finalice el derribo. Mientras duren los trabajos, los vecinos del número 19, el edificio contiguo al siniestrado, seguirán desalojados.