Un mosso acusado de narcotráfico se niega a declarar ante el juez
El agente fue denunciado por la División de Asuntos Internos de la policía catalana
Imagen del edificio judicial del Canyeret. - SEGRE
El mosso d'esquadra del Área Básica Policial (ABP) de Lleida imputado como presunto autor de un delito de tráfico de cocaína compareció el miércoles como investigado ante el juzgado de Instrucción número 1 de Lleida y se acogió al derecho a no declarar. El agente, I.G.G., sólo afirmó ante la jueza que conocía los hechos por los cuales se lo investigaba. Vale a recordar que fue denunciado en diciembre por la División de Asuntos Internos (DAI) de la policía catalana ante los indicios que se podría estar dedicando al tráfico de drogas, como adelantó SEGRE. También declararon cuatro investigados más en este caso, que negaron que se dedicaran a vender sustancias estupefacientes.
En el caso del mosso, la jefatura, como medida cautelar, lo suspendió de funciones, es decir sin trabajo ni sois, a la espera de la resolución del juicio. Sin embargo, el agente cogió la baja, por lo cual no le pudieron aplicar la medida.
El caso se remonta a hace un año
El caso se remonta a mediados de junio del año pasado cuando los Mossos d'Esquadra detuvieron a un vecino de Lleida por tráfico de sustancias estupefacientes. Entre otras diligencias, se le intervino el teléfono móvil para ser analizado ante las sospechas que hubiera a más personas implicadas en tráfico de drogas. Del análisis del terminal se comprobó que el arrestado mantenía conversas por WhatsApp con varios individuos para la presunta adquisición y la venta de drogas, especialmente cocaína, y uno de ellos era un agente de los Mossos, que sería consumidor y vendedor. La DAI, la sección encargada de investigar internamente la conducta del cuerpo policial, acabó imputando el agente y, como mínimo, cuatro personas más.?
El arrestado y el agente habrían mantenido al menos una quincena de conversaciones entre el 11 de mayo y el 11 junio, cuatro días antes de la detención. Utilizaban un argot propio para evitar ser descubiertos, según los investigadores, como escama o tiza, que sería cocaína de más o menos calidad, según las indagaciones.
