TRÁFICO TECNOLOGÍA
El coche que 'vigila' la zona azul leyendo las matrícula en Lleida genera más de 50 multas al día
Esto ha comportado que las sanciones se hayan doblado desde su estreno, hace una semana
De 5.605 lecturas de matrículas, 315 acabaron en denuncia
Desde hace una semana circula por la ciudad de Lleida un vehículo equipado con cámaras que leen las matrículas de los coches estacionados en la zona azul, conecta con una base de datos para comprobar si los conductores han pagado la tarifa correspondiente y, si no es así o superan el tiempo abonado, un vigilante que viaja en el coche inicia el procedimiento sancionador.
La teniente de alcalde responsable de Movilidad, Cristina Morón, afirmó ayer que desde que entró en funcionamiento este sistema “se han triplicado las inspecciones y duplicado las sanciones”. En concreto, el vehículo efectuó 5.605 lecturas y se acabaron imponiendo 315 multas, lo que supone más de 52 al día y que el 5,6% de los coches analizados eran infractores.
Sin embargo, la teniente de alcalde remarcó que el objetivo de este nuevo sistema de control no es incrementar el número de multas sino mejorar la “eficacia y la eficiencia” de la vigilancia de las zonas de aparcamiento reguladas con parquímetro e impulsar el cumplimiento de las ordenanzas fiscales.
Es decir, que los conductores paguen por aparcar. Morón recordó que este nuevo sistema de control de la zona azul es un compromiso que adquirió la Empresa Municipal de Agenda Urbana (EMAU) cuando se hizo cargo de este servicio y apuntó que en breve empezará a circular otro vehículo con lectores de matrícula.
El vehículo tiene dos cámaras que se regulan para que puedan captar las matrículas de los coches aparcados en función de cómo sean las plazas de aparcamiento (en batería o en línea) y del tipo de calle (de uno sentido o de doble dirección, por ejemplo).
Subrayó que esta tecnología no sustituye a los vigilantes tradicionales ni supondrá un recorte de plantilla, sino al contrario, ya que actualmente está en marcha un proceso de selección para contratar a tres personas.
Y es que el vehículo con cámaras controla directamente si los conductores han pagado, pero después un vigilante que viaja en él baja a comprobar si tiene el adhesivo de persona discapacitada o si el conductor está en la máquina sacando el tiquet, por ejemplo. Si no es así, constata que es un infractor y pone la multa correspondiente.