LLEIDA
La transfusión de sangre a un testigo de Jehová llega a la Audiencia
La defensa del paciente recurre la sentencia que absolvió a una exjefa de Urgencias del Arnau que la autorizó
Un juez consideró que actuó bien y no le coaccionó
La defensa de un paciente Testigo de Jehová que denunció a una doctora del hospital Arnau de Vilanova que autorizó hacerle cuatro transfusiones de sangre a el día 21 de julio del 2016 y que el pasado abril fue absuelta por el juzgado de lo Penal 2 de Lleida ha recurrido la sentencia ante la Audiencia, según ha podido saber este periódico. Por su parte, tanto la Fiscalía como el letrado de la doctora, Carles López, han presentado sendos escritos pidiendo que el recurso sea desestimado y se confirme la sentencia. El tribunal deberá decidir si ratifica el fallo o, por el contrario, lo modifica, en un caso que puede sentar jurisprudencia.
El magistrado Ignacio Echeverria absolvió a la médica, que entonces era jefa de Urgencias, de los delitos de coacciones, contra la integridad moral y lesiones, como avanzó SEGRE. El paciente solicitó que fuera condenada a un año y tres meses de prisión, a dos años de inhabilitación y que le indemnizara con 10.000 euros por los daños morales causados. En la sentencia, de 97 páginas, el juez determinó que la doctora “actuó siguiendo la Lex Artis, en cumplimiento de un deber o cargo” y no tuvo “ningún acto lesivo hacia el paciente con la finalidad de causar un daño psicológico sino una consecuencia de la indecisión del paciente”, por lo que no hubo intimidación, como sostenía la acusación, y que “recibió la información adecuada”. Cabe recordar que el hombre ingresó en Urgencias por unas hemorragias internas que necesitaban transfusiones de sangre, estaba en un estado de semiinconsciencia con una anemia aguda y un choque hipovolémico. En el juicio, la doctora dijo que el paciente sufrió “coacción ambiental” en el box por parte de miembros de la congregación. En cambio, el denunciante dijo que prefería morir a recibir la transfusión. En el fallo, el juez recordó que el paciente no pidió el alta voluntaria y que llegó “a colaborar físicamente él mismo durante la transfusión de sangre”. En cuanto al tratamiento que se siguió, el juez afirmó que “la diagnosis clínica del paciente era de extrema y urgente gravedad con riesgo vital (...) por lo que no había otros tratamientos alternativos”, como sostenía la acusación.