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El hospital Santa Maria de Lleida, pionero en probar con picaduras de abejas si se cura la alergia

Unos 50 pacientes están siguiendo un tratamiento de 5 años en el hospital Santa Maria para curar su alergia al veneno de abejas y avispas. Al acabar, pueden recibir una picadura de estos insectos en el centro para comprobar si las vacunas han funcionado. Junto al Joan XXIII de Tarragona, son los dos únicos hospitales catalanes que ofrecen estas pruebas.

Marquès en un dels espais de la nova àrea d’Al·lèrgies on es duen a terme les proves. -

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El hospital Santa Maria de Lleida es uno de los dos únicos en Catalunya, junto al Joan XXIII de Tarragona, que lleva a cabo pruebas de picaduras controladas de abejas y avispas a pacientes alérgicos a su veneno para comprobar que hayan completado el tratamiento con éxito. Las personas que acuden al servicio de Alergias tras haber sufrido una reacción anafiláctica a una picadura de estos insectos empiezan un tratamiento de cinco años en que se vacunan periódicamente de forma controlada en el hospital con dosis progresivamente crecientes del veneno. Al acabar, los pacientes pueden elegir si quieren dejarse picar por los insectos durante treinta segundos para confirmar que se han curado.

La alergia al veneno de abejas y avispas no es de las más comunes, pero es más relevante en las zonas rurales. Lo explica el jefe del servicio de Alergias del Santa Maria, el doctor Lluís Marquès, que precisa que en su unidad actualmente están tratando a unas cincuenta personas con esta dolencia y que cada año reciben entre cinco y diez nuevos pacientes. De ellos, aproximadamente la mitad acceden a hacerse las pruebas.

Marquès en un dels espais de la nova àrea d’Al·lèrgies on es duen a terme les proves.

Marquès en un dels espais de la nova àrea d’Al·lèrgies on es duen a terme les proves. - MARC CARBONELL

El hospital recibe los insectos a través de apicultores leridanos, así como de fabricantes de vacunas. Incluso algunas abejas fueron cazadas por el propio doctor Marquès y otros sanitarios, explica. Después las duermen con dióxido de carbono, les cortan las alas y patas para que no se escapen por el hospital y las guardan en envases acondicionados hasta que las necesitan y las ponen en el brazo de los pacientes para que los piquen durante treinta segundos.El Santa Maria lleva a cabo las picaduras controladas desde 1996. Hasta hace pocas semanas todas se llevaban a cabo en la Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI), pero la unidad de Alergias ha estrenado recientemente nuevas instalaciones en el hospital con un nuevo hospital de día, por lo que ahora solo necesitan recurrir a la UVI en los casos de pacientes con reacciones muy graves. “Esto permite descongestionar la UVI, además de aumentar la comodidad de los usuarios y ampliar el espacio de trabajo de enfermería”, celebra Marquès.

Entre el 25 y el 30% de la población sufre alguna afectación de este tipo

Varias investigaciones de ámbito catalán y estatal afirman que entre el 25 y el 30% de las personas tienen alguna alergia y algunos estudios auguran que van en aumento, explica Marquès. Señala que la contaminación ambiental es una de las causas, sobre todo la de los humos de motores diésel. Otra teoría clásica indica que el exceso de higiene y la falta de contacto con microbios y gérmenes provoca que el sistema inmunológico fabrique más alergias. “Se sabe que los niños pequeños que han estado en contacto con ganado producen menos alergias”, apunta el doctor. Otra corriente asegura que hay otras sustancias ambientales de diferentes orígenes que deterioran la mucosa de la vía respiratoria y del tubo digestivo, lo que provocaría la aparición de “agujeros” donde entran los alimentos sin un filtro previo y podrían favorecer las alergias. Entre algunas de estas sustancias se encuentran productos químicos de limpieza que se inhalan, así como los pequeños restos de lavaplatos que quedan en los cubiertos. Asimismo, Marquès señala que las alergias son mucho menos frecuentes en los países menos desarrollados, pero las personas migrantes que llegan a los estados de mayor nivel económico alcanzan el mismo nivel de alergias con solo una generación de diferencia. “Por suerte, estos países se van desarrollando y ya tienen exposiciones ambientales similares a las nuestras”, añade.La alergia más común es la respiratoria en forma de rinitis, conjuntivitis o asma por el polen, frecuente sobre todo en mayo. “El asma es grave, pero por suerte las alergias más frecuentes son las más leves”, concluye Marquès.

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