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La milla urbana de la ciudad que vertebra Pardinyes y parte de Balàfia
Primeros árboles plantados en Corregidor Escofet. Foto de 1998. - ELENA VALLÉS
Primeros árboles plantados en Corregidor Escofet. Foto de 1998. - ELENA VALLÉS
Primeros árboles plantados en Corregidor Escofet. Foto de 1998. - ELENA VALLÉS
Primeros árboles plantados en Corregidor Escofet. Foto de 1998. - ELENA VALLÉS
Primeros árboles plantados en Corregidor Escofet. Foto de 1998. - ELENA VALLÉS
Primeros árboles plantados en Corregidor Escofet. Foto de 1998. - ELENA VALLÉS
La calle Corregidor Escofet va desde la escuela Riu Segre, en Pardinyes, hasta la plaza Països Catalans, en Balàfia, y es una gran rambla cuyo trazado ya figuraba en el Plan General Municipal aprobado en 1979, cuando en estas zonas de los barrios de Pardinyes y Balàfia predominaban los descampados y los campos de cultivo. Josep Maria Llop, el gran cerebro de la política urbanística en Lleida tras la restauración de la democracia, la definía como “la milla urbana”, porque su longitud es casi idéntica a la de los 1,6 kilómetros de la milla inglesa. En el tramo de Pardinyes, el ayuntamiento plantó los árboles de la zona central antes de la urbanización de la rambla, cuando la construcción de viviendas acabada de iniciarse. Por eso, en los primeros años era un paseo de tierra que se convertía en un barrizal lleno de baches cada vez que llovía y que acababa en Camí de Corbins, donde se encontraba el depósito municipal de vehículos, en el solar de los antiguos depósitos de gas. Su urbanización, que comportó que parte de los árboles fueran arrancados o dañados, se inició a finales de los 90, e incluyó su prolongación a Balàfia, vertebrando así estos dos barrios. Se instalaron sendas fuentes en la rotonda de Comtes d’Urgell y en la de Països Catalans, esta última inutilizada desde hace años, así como un reloj de sol en Rosa Parks.