SEGRE

El objetivo: la recuperación después de un año de sequía y precios injustos

En el 2023, los ingresos del payés cayeron hasta un 25%, con los costes disparados

La superfície de pereres, com els d’aquesta explotació de Térmens, se situa en l’actualitat lleugerament per sobre de les 8.900 hectàrees.

Paraguayos de máxima calidad recogidos este viernes en una finca en Torres de Segre - E. M. Muruaga

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Los agricultores no solo se merecen, sino que necesitan una buena campaña. Hace dos años, la producción se hundió por unas heladas devastadoras y solo quien consiguió salvar sus fincas del frío lograron hacer lo mismo con sus balances. En 2023, el problema llegó de la falta de agua, con el histórico cierre del canal d’Urgell. De muchas fincas salieron frutas de calibres cortos y poco apreciados por el mercado. De nuevo la calidad se tradujo en situaciones diametralmente opuestas para los agricultores. 

Con todo, el informe oficial de la Generalitat de “precios percibidos por el payés”, refleja que en 2023 los productores de fruta de hueso recibieron hasta una cuarta parte menos que en 2022 por su producción. En el caso de la nectarina, refleja precios de 65,64 céntimos de euro por kilo, frente a los 87,25 de un año antes (-24,7%). En lo que de Acción Climática califica como melocotón para consumo en fresco, la caída es de un 23,65%, hasta los 64,85 céntimos. La última califica es de “melocotón” a secas, con una evolución similar a la de los dos casos anteriores: caída del 24,12% y un precio de 65,17 céntimos. En todos los casos, según el departamento, se trata de operaciones a granel sobre almacén comprador y, además, son las cifras más bajas contabilizadas por los servicios técnicos de la conselleria desde el año 2019. 

Pocos sectores son capaces de aguantar que sus precios unitarios se derrumben de un año para otro de cerca de un 25%, pero menos si se tiene en cuenta que los costes de sacarlos al mercado no dejan de subir.

Costes al alza

Hace apenas unas semanas, el departamento de Acción Climática ha presentado un informe elaborado conjuntamente con el Centro de Investigación en Economía y Desarrollo Agroalimentario (Creda) del IRTA y la UPC. Calculaba que conseguir un kilo de fruta de hueso necesita de al menos 44 céntimos, un 7,57% más que en 2023. Y todo ello sin tener en cuenta la mano de obra familiar, porque entonces estaríamos hablando de 52,4 céntimos. Pero confeccionarla en las centrales necesita de otros 48,8 céntimos. Con ello, un kilo de fruta que no tenga garantizados 1,08 euros por kilo, como mínimo, es hablar de pérdidas para el sector en una cadena cada vez más sensible a la evolución de las cotizaciones porque trabaja al céntimo. Unos pocos más o menos puede representar una campaña digna o la ruina.

Eslabones desequilibrados

Y estamos hablando de una cadena alimentaria que, como se repite en todos los sectores, es muy desigual y tiene sus eslabones más débiles en el agricultor. Por el contrario, las más fuertes se centran en la gran distribución. La diferencia es su poder de negociación: mientras que la producción y comercialización de base se encuentra aún demasiado atomizada, la distribución se concentra cada vez en menos manos, con la capacidad de forzar condiciones y precios.

Datos 

1,08 euros el kilo
  • Es el coste de un kilo de fruta de hueso salida de la central, mínimo para no perder dinero.
44 céntimos el kilo
  • Es el coste de producción de un kilo en el campo, sin contar la mano de obra familiar.
24,7 por ciento
  • Los precios percibidos por los payeses por su fruta cayó el año pasado hasta un 24,7%.
​34.809 hectáreas
  • Superficie dedicada por el sector agrícola en Lleida a la producción de fruta dulce.

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