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URBANISMO PROYECTOS

La Paeria extingue hoy el contrato para edificar las torres de la Llotja

En el consejo de administración del Centre de Negocis i Convencions. Metrovacesa inició una de ellas en 2019, pero ese mismo año paró las obras y no las retomó

El solar junto a la Llotja presentaba ayer este estado, con malas hierbas, árboles y basura. - S.E.

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El Centre de Negocis i Convencions (CNC, ente municipal titular de la Llotja), tiene previsto aprobar hoy, con toda probabilidad, la extinción del contrato con la empresa Metrovacesa para la edificación de las dos torres en el solar junto al palacio de congresos, bautizadas como “Les Torres del Cel”, de 21 plantas y 98 viviendas cada una. De este modo, podría recuperar la propiedad del terreno y volver a ponerlo en el mercado. Metrovacesa, que preveía una inversión de 30 millones en este proyecto, comenzó las obras de la primera de las torres en verano de 2019 (la excavación de los cimientos) e incluso inició la venta de los pisos sobre planos. Pero en noviembre de ese mismo año ya las paró y desde entonces no se han reactivado. Una portavoz municipal indicó ayer que, si finalmente queda resuelto el contrato, la Paeria deberá retornar a la empresa la parte del Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) “por la parte de la obra pagada no ejecutada y, por tanto, no se retornará por los cimientos ejecutados”.

Al finales de 2023, el anterior equipo de gobierno ya declaró caducada la licencia para construir las torres, que había sido otorgada el 4 de junio de 2018, “por el incumplimiento del plazo de finalización de las obras”, que según un informe municipal concluyó el 24 de enero de 2022. Y ahora se prevé dar el siguiente paso con la extinción del contrato para edificarlas.De hecho, este proyecto nunca ha cristalizado. Fue gestado durante la fase final de la burbuja inmobiliaria en 2007, que llevó a la promotora Cerbat, integrada por una empresa local y otra de Caixa Catalunya, a pagar por este solar de 27.000 metros cuadrados 49,5 millones, que sirvieron a la Paeria para costear la Llotja. El contrato estipulaba que debía edificar obligatoriamente dos minirrascacielos de una veintena de plantas y que, en caso contrario, la titularidad de la parcela revertiría al CNC. El estallido de la burbuja hizo inviable la operación, a pesar de sucesivas prórrogas concedidas por la Paeria. Al final, tras varias vicisitudes, el solar acabó en manos del BBVA, quien a su vez lo acabó traspasando a Metrovacesa, que tampoco ha podido completar el proyecto.

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