EDUCACIÓN FORMACIÓN
“No todo el aprendizaje en el aula se puede hacer por proyectos”
Una experta en educación de la OCDE considera que “la innovación está sobrevalorada”. Apuesta por adaptar el método a las necesidades de los estudiantes y al contexto
Innovar por innovar en clase no es la solución mágica para mejorar el aprendizaje de los alumnos. Así lo afirma Anna Pons, responsable del proyecto Schools+ de la OCDE, que ayer dio una conferencia en la Escuela Oficial de Idiomas ante directores de centros educativos, organizada por laAsociación de Directores de Secundaria de Lleida. “Creo que la innovación está sobrevalorada”, aseguró, y apostó por “abrir las aulas y colectivamente entre docentes retroalimentarse para mejorar la práctica educativa con pequeños cambios, no variando radicalmente de modelo”. Reconoció que existen pruebas de que “el aprendizaje por proyectos es más real y los alumnos están más motivados”, pero subrayó que “no todo el aprendizaje se puede hacer a través de proyectos”. “Quizás funciona muy bien para algunos estudiantes, pero no tanto para otros. Hay que entender el equilibrio adecuado para cada contexto escolar”, detalló. Incidió en que “no hay un método de aprendizaje que funcione mucho mejor que otros, según la investigación. Lo que más funciona es asegurarnos que el docente conoce diferentes métodos y sabe adecuarlos a su contexto particular”. Por ello, indicó que “para poder hacerlo a nivel excelente hay que tener una capacidad de detectar sus necesidades y saber responder y eso se desarrolla con la experiencia y la reflexión” .“Hay que ayudar al docente a mejorar”, remarcó, y apuntó que “si los resultados de una clase son negativos, no es culpa solo de él, hay que ver el apoyo que ha recibido y el contexto del aula”.
Asimismo, Pons opina que el sistema educativo está desequilibrado porque no se ha adecuado a los cambios socioeconómicos de los últimos 20 años. “Hay un 20% más de población ‘nouvinguda’ y se ha cometido el error de simplemente ampliar un 20% las plazas educativas. Las escuelas que se enfrentan con desafíos importantes necesitan mucho más apoyo y raramente son las que tienen a los docentes con más experiencia. Es un reto que sobrepasa a la escuela, como resultado de una política hecha desde Barcelona, que asume que hay una desigualdad social en territorios como Lleida o Manresa, donde había cohesión, y no han sabido gestionarlo dando más recursos a los centros y favoreciendo un equilibrio socioeconómico y de diversidad cultural entre ellos”. Señala que la manera de revertir esta situación “va más allá de recursos económicos, se necesita más formación de los docentes, desdoblar aulas, codocencia, no concentrar determinados alumnos en ciertas escuelas. Ahora existe conciencia de ello, pero hemos tardado mucho y el sistema está muy desequilibrado”.