SEGRE

ENTREVISTA HOMENAJE

Josep Varela: «La política catalana actual desconoce totalmente la historia»

Escritor, científico y expolítico

Homenaje. El Aula Magna del IEI acogió el acto, que contó con una charla del físico e historiador Xavier Roqué sobre la científica austriaca Lise Meitner y una posterior tertulia con el propio Varela y Antonio López. - JORGE AGUSTÍN

Creado:

Actualizado:

La sección de Ciencias Experimentales, Matemáticas y Tecnología del IEI homenajeó ayer a Josep Varela i Serra por el trabajo que desarrolló en ella y, sobre todo, por su compromiso con la sociedad de Lleida desde la ciencia, la política y la historia. En esta entrevista aborda cuestiones relacionadas con todos estos ámbitos, se muestra crítico con la política catalana de los últimos tiempos, constata que los docentes han perdido autoridad y cree que la ciudad de Lleida necesita más ambición para tener más relevancia.

El homenaje que ha recibido aunaba ciencia e historia, sus dos grandes pasiones. Si tuviera que elegir una, ¿con cuál se quedaría?

Con la historia.

¿Por qué?

Porque estudié ciencias porque venía de unos orígenes muy humildes y veía que a los demás les costaba y yo destacaba un poco. Y me gustaban. Enseñar matemáticas ha sido fascinante, pero a medida que he ido escribiendo libros veo que me apasiona la historia. Pero ser profesor de matemáticas ha sido fascinante.

Y la política, ¿no le ha apasionado todavía más?

Me ha apasionado mucho. Si tuviéramos que resumir un poco mi vida, una cosa que podría hacerlo es el servicio a la gente. Me sabe mal decirlo porque parece que adoptas una postura de chulería. Pero desde la sencillez, cuando eres profesor, escribes o haces política, estás al servicio de la gente y es lo que me gusta más. Eso sí, de la política he rechazado la parte de las intrigas. Por eso mi carrera política tiene un éxito descriptible, porque no he estado nunca dentro de las conjuras, y esto te cobra peaje.

Con su trayectoria política y conocimiento de la historia, ¿cree que Lleida es la ciudad que debería ser o que podría ser más?

Debería ser más. Siempre he defendido que a Lleida le falta ambición. Tiene cosas magníficas, pero debe tener más ambición y proyectos. Cuando estaba en el ayuntamiento, a veces se rechazaban industrias para tener una ciudad de un tamaño controlable desde el poder. Lleida es tan importante para Catalunya que me sorprende y decepciona que no tenga más relevancia.

Pero el centralismo de Barcelona tampoco ayuda.

Estoy de acuerdo. Precisamente mis libros Converses a Lleida surgen de la idea de dar cuenta de que aquí hay personas muy importantes que en Barcelona no son conocidas. La gente de Barcelona menosprecia al resto de Catalunya. Es un error político mayúsculo. Lleida debe ser mucho más potente y Barcelona debería ayudar, pero si no lo hace, hay que luchar para serlo.

Optó a la alcaldía, seguro que tenía pensado las acciones prioritarias si hubiera accedido al cargo.

Lo que habría hecho, y creo que se debería hacer, es tener más contacto con municipios como Balaguer, Mollerussa o Fraga, porque el centralismo de Barcelona también lo tiene Lleida, no hay una relación real. Otra cosa sería favorecer a las industrias y a la cultura. Es un error garrafal que el Teatre Principal, que está en el centro, este pudriéndose mientras se ha gastado mucho en otras infraestructuras.

¿Se identifica con la política catalana actual?

No, en absoluto. Soy de la escuela de Jordi Pujol, de la prudencia, de avanzar poco a poco. De qué nos ha servido hacer grandes proclamas si no tienes poder real. Catalunya, que es un país magnífico, debe tener los pies en el suelo y ver que sus fuerzas son escasas. Hay que avanzar lentamente, no con grandes declaraciones y competir por ver quién es más independentista. Hay que favorecer a nuestra economía y cultura discretamente, sin ofender a los otros y sin perder el tiempo en querellas lamentables. No me identifico con esta política de grandes gestos, me gustaba más la de Pujol, cuya figura política respeto igual, aunque algunas acciones por omisión o por lo que sea no me gusten.

¿A qué personas destacaría de todas con las que habló en “Converses a Lleida”?

Al primero, el historiador Josep Lladonosa. Vivió la historia de Lleida de forma intensa, y cuando hablaba de Jaume I lo hacía igual que ahora estamos hablando nosotros. También a Joan Culleré, que encabezó las “Segones converses a Lleida”.

¿No cree que falta conocimiento de historia por parte de la población? Porque si la conociéramos más evitaríamos repetir errores.

La política catalana de los últimos tiempos demuestra un desconocimiento total de la historia. Porque si conocieran la historia de Catalunya y cómo han sido las relaciones con España y la correlación de fuerzas, no hubiéramos emprendido iniciativas que nos han llevado a la actual situación, bastante pobre.

En Europa están en auge las fuerzas ultras, como hace un siglo.

Porque la gente no conoce la historia. Estoy leyendo los Diarios de Stefan Zweig sobre la Primera Guerra Mundial. Este aprendizaje de la Europa y el mundo de entonces tiene aplicación en la vida actual. En algunas acciones has de pensar qué sucedió hace 100 o 200 años, porque los hombres hemos cambiado de vestido o de tecnología, pero no de manera de ser. Hay que decidir teniendo en cuenta lo que pasó, porque volverá a suceder, ya que la esencia humana es la misma.

Fue profesor de matemáticas en el Gili, estuvo casi 25 años sin ejercer y después volvió a hacerlo. ¿Cuáles son los principales cambios que vio en los alumnos? 

Se ha perdido la autoridad. Nosotros no les decíamos a nuestros padres que el profesor nos había castigado, porque respetaban su autoridad y nos hubieran castigado más. Ahora los padres la menosprecian y van a los centros como clientes, diciendo que como llevamos al niño aquí, exigimos buenas notas. La administración ha cargado de burocracia a los docentes y no hay una buena formación para los futuros maestros. Y los padres tampoco tienen autoridad, porque han dejado que sus hijos sean unos tiranos y son sus criados, lo que perjudica a los niños. Han dimitido de su obligación de tener autoridad.

¿El nivel educativo está bajando?

Pienso que se ha perdido exigencia, y creo que esto hace bajar el nivel general, pero no impide que haya gente brillante que destaca. Yo, que vengo de una familia muy humilde, siempre he defendido la escuela pública y que esta debe tener la máxima exigencia, porque en esta bajada de nivel general que creo que puede haber, los que destacan son la gente con medios para poderse pagar determinados estudios, pero la gente pobre no los tiene.

A la hora de divulgar las ciencias, ¿cuesta llegar a la gente?

Sí. Este era uno de los caballos de batalla que teníamos y supongo que sigue teniendo la sección de Ciencias del IEI, en la que trabajé con gente muy válida y entusiasta. Llenar el Aula Magna costaba Dios y ayuda. No creo que haya fórmulas mágicas. Una de las cosas que hacíamos era llevar la ciencia a los centros, pero era muy puntual porque faltaba presupuesto. Las instituciones han de fomentar la divulgación científica.

¿Cómo se sintió al saber que recibiría este homenaje?

Con una gran gratitud hacia la gente de la sección, que es formidable. Fue una sorpresa, porque recibir un agradecimiento en este país no es muy habitual.

Titulars del dia

* camp requerit
Subscriu-te a la newsletter de SEGRE
tracking