El hábitat, más importante que el clima en el cultivo de trufa, según un estudio de la UdL
Una investigación de la Universitat de Lleida y el CTFC estudia las comunidades de hongos asociadas al tubérculo
El hábitat (agrícola o silvestre) afecta más que las regiones climáticas o los árboles huéspedes en la estructura de las comunidades de hongos asociadas con las trufas. Así lo determina una investigación liderada por el Centre de Ciència y Tecnologia Forestal de Catalunya (CTFC), la Universitat de Lleida (UdL) y el Swiss Federal Research Institute (WSL), publicada en la revista científica Fungal Biology. En el estudio también ha tomado parte personal investigador de la unidad conjunta CTFC-Agrotecnio, la Universidad sueca de Ciencias Agrarias, la Universidad de Cambridge (Reino Unido), el Instituto Checo de Investigación sobre el cambio global (GCRI), el Instituto Micológico Europeo (EMI) y el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA).
El equipo ha estudiado las comunidades fúngicas presentes en zonas donde coexisten la trufa negra (Tubero melanosporum) y la de verano (Tubero aestivum) a localizaciones de España y Suiza, durante tres periodos de muestreo; en función de su hábitat (silvestre o plantación) y la región climática (mediterránea o templada). Los resultados señalan que las comunidades de hongos sueño más similares en zonas de plantación, aunque sean de climas diferentes, que entre cultivos y zonas silvestres de la misma región climática.
"Una plantación mediterránea dominada por encinas y otra fuera de la zona templada y con el avellano como especie principal son más semejantes entre ellas que una zona de cultivo y otra agreste del Mediterráneo, con los mismos árboles huéspedes y el mismo clima," explica la primera autora del artículo e investigadora del CTFC y la UdL, Yasmin Piñuela. "Eso refleja el dominio potencial de la edad del ecosistema, las propiedades del suelo y las prácticas de gestión en comparación con otros factores ecológicos", añade.
El estudio también revela que las plantaciones de trufas inoculadas (T. melanosporum y T. aestivum) muestran menos diversidad de hongos ectomicorrizes, es decir, aquellos que realizan una simbiosis con el árbol huésped, en comparación con los lugares silvestres. Por otra parte, la investigación apunta que las prácticas agrícolas de manejo del suelo en las plantaciones favorecen la abundancia de otras especies de tubérculos "posiblemente por su carácter colonizador", afirman los autores del artículo.