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Estreno del albergue para personas sin hogar en el antiguo colegio Cervantes de Lleida entre críticas vecinales

La asociación de vecinos del Centro Histórico pide que tenga “el mínimo impacto” y estará atenta para comprobar “cómo funciona”. Som Veïns incide en que este emplazamiento es “un error”

Personas entrando ayer en el antiguo colegio Cervantes, que ahora acoge el albergue de invierno. - AMADO FORROLLA

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El antiguo colegio Cervantes, ubicado entre las calles Cavallers y Companyia en Lleida, ha sido estrenado como un nuevo albergue provisional de invierno para personas sin hogar. Este edificio, que quedó en desuso, toma el relevo del pabellón 3 de la Fira de Lleida, utilizado en los últimos inviernos.

La decisión ha generado críticas entre los vecinos del Centro Histórico, quienes ya habían mostrado su rechazo a que el barrio acoja otro servicio social destinado a personas en situación de vulnerabilidad. La asociación de vecinos Som Veïns ha incidido en que este emplazamiento es "un error" y pide que tenga "el mínimo impacto" en la zona.

Preocupación vecinal por la ubicación del albergue 

Los residentes del Centro Histórico han expresado su preocupación por la elección del antiguo colegio Cervantes como sede del nuevo albergue de invierno. Argumentan que el barrio ya cuenta con varios servicios sociales destinados a colectivos vulnerables y temen que la concentración de estos recursos pueda generar problemas de convivencia.

Desde la asociación vecinal Som Veïns se ha insistido en que la ubicación del albergue en este edificio es un error estratégico. Consideran que se podrían haber buscado alternativas en otras zonas de la ciudad, evitando así sobrecargar un barrio que ya afronta diversos retos sociales.

La asociación vecinal mantendrá una postura vigilante

Ante la puesta en marcha del nuevo albergue, la asociación de vecinos del Centro Histórico ha anunciado que estará atenta para comprobar "cómo funciona" el servicio. Su objetivo es velar por que el impacto en el barrio sea mínimo y que se garantice una convivencia armónica entre todos los residentes.

Los representantes vecinales han solicitado a las autoridades responsables del albergue que se establezcan protocolos claros de funcionamiento y que se cuente con los recursos necesarios para atender adecuadamente a las personas sin hogar que se alojen en el antiguo colegio Cervantes.

La habilitación de albergues de invierno para personas sin hogar es una medida necesaria para hacer frente a las bajas temperaturas que se registran durante los meses más fríos del año en Lleida. Estos espacios ofrecen un refugio seguro y cálido a quienes no tienen un techo donde resguardarse.

En los últimos años, el pabellón 3 de la Fira de Lleida había sido utilizado como albergue provisional durante el invierno. Sin embargo, la búsqueda de una ubicación alternativa se hizo necesaria para poder atender a un mayor número de personas y ofrecer unas instalaciones más adecuadas.

El antiguo colegio Cervantes de Lleida, España, ha sido habilitado como un nuevo albergue de invierno para personas sin hogar, generando críticas entre los vecinos del Centro Histórico. La asociación vecinal Som Veïns considera que la ubicación es un error y pide que tenga el mínimo impacto en el barrio. La asociación de vecinos del Centro Histórico estará atenta al funcionamiento del albergue para velar por una convivencia armónica. La necesidad de estos espacios es evidente para hacer frente a las bajas temperaturas invernales, pero su ubicación sigue siendo objeto de debate.

El edificio del colegio Cervantes ubicado entre las calles Cavallers y Companyia, que quedó en desuso, se estrenó ayer como nueva sede provisional del albergue de invierno para personas sin hogar. Releva así al pabellón 3 de la Fira de Lleida, utilizado los últimos inviernos, y los vecinos del Centro Histórico ya mostraron su rechazo a que el barrio acoja otro servicio social para personas vulnerables.

La presidenta de la asociación de vecinos y comerciantes del Barri Antic, Cristina Argmengol, insistió en que la prestación del servicio de alojamiento nocturno para ‘sin techo’ durante los meses de invierno le parece bien, “pero la ubicación no nos gusta nada porque ya tenemos muchos servicios sociales y este es uno más”. “Pero lo tenemos que aceptar”, reconoció. Asimismo, dijo que han solicitado al ayuntamiento que este dispositivo “tenga el mínimo impacto” en el barrio y asegura que en el caso de que detecten que “no funciona” bien lo comunicarán al ayuntamiento para que tome medidas.

Por su parte, un portavoz de la plataforma Som Veïns también incidió en su “desacuerdo” con la ubicación de este servicio, remarcó que “es un error, añadir más leña al fuego”, y consideró que “el resto de la ciudad también debería ser solidario” como el Centro Histórico. Asimismo, cree que el hecho de que el ayuntamiento haya establecido el acceso al alberge de invierno por la parte posterior, por la calle Companyia, es un intento “de esconder” de algún modo este servicio. Además, se preguntó “¿cómo quiere la Paeria que inviertan los promotores en edificios para jóvenes en el Barri Antic o que se abran negocios?” y apuntó que justo está ocurriendo lo contrario, que está perdiendo vecinos. “Los de la plaza Josep Solans se están marchando porque cada vez hay más familias conflictivas”, relató.

La Paeria ha habilitado la segunda y la tercera planta del edificio del antiguo colegio Cervantes con habitaciones compartidas, con una capacidad total para setenta personas, comedor y sala de estar, así como instalaciones para los técnicos. Asegura que en este espacio es posible ofrecer una atención más digna a los usuarios que en la ubicación anterior (ver desglose). El servicio estará operativo hasta el próximo 31 de marzo y forma parte del nuevo modelo de inclusión municipal. El equipamiento está gestionado por la entidad Sant Joan de Déu.

La Paeria defiende que con este local la atención será más digna

El teniente de alcalde del área de Acción e Innovación Social, Carlos Enjuanes, defendió que con este equipamiento quieren “dar techo y dignificar la situación de las personas que están durmiendo en la calle o en infraviviendas”. Recalcó que el cambio de emplazamiento “permitirá una mejor atención, dividida por sexos y perfiles, ya que hay diferentes dormitorios con capacidad para unas diez personas”. Recordó que el pabellón 3 es un espacio diáfano, por tanto sin intimidad para los usuarios, mientras que en el antigo colegio se ha podido habilitar un dormitorio solo para mujeres. Señaló que además de los profesionales hay personal de seguridad y dos integradores “para reforzar el trabajo dentro y fuera”. Recordó que esta ubicación es estacional y que el nuevo modelo de inclusión contempla también servicios en la vieja escuela Balàfia y el antiguo convento de las Josefinas de la calle Acadèmia.

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