Los ricos migran a las periferias
El desarrollo urbanístico atrae a la orla exterior de Lleida a las clases adineradas, que salieron del centro en el cambio de siglo. El distrito de La Bordeta y Cappont se sitúa como el más atractivo para las rentas más altas, mientras Ferran se consolida como el barrio menos pudiente
Al comprar la casa, piensa en el vecino que adquirirás con ella”, reza un proverbio ruso cuyo anónimo autor ofreció, quizás sin saberlo, o puede que a sabiendas, una posible explicación antropológica para asuntos como la segmentación clasista de los espacios urbanos, una pista para observar su evolución y, también, un factor para comprender procesos como la gentrificación, que no deja de ser una manifestación dinámica de la segregación.
Esos movimientos demográficas han adquirido rasgos tan novedosos como llamativos en los últimos años en Lleida entre los segmentos más adinerados de la población. Estos, de la mano de los últimos desarrollos urbanísticos, han situado (sin que dejaran de serlo) lo que tradicionalmente han sido los barrios obreros de la ciudad, La Bordeta y Cappont por un lado y Pardinyes y Balàfia por otro, como los principales focos de asentamiento y de atracción, al mismo tiempo, de los mayores perceptores de rentas.
Algunas de las promociones urbanísticas que se han llevado a cabo en los últimos años han provocado una segunda migración intraurbana de las élites económicas, las mismas que en el cambio de siglo fueron abandonando el centro para dirigirse a nuevos barrios como Ciutat Jardí y que ahora se van concentrando en la orla occidental de la ciudad.
Los datos de la Agencia Tributaria sobre las declaraciones del IRPF del ejercicio fiscal de 2022, que son las últimas disponibles, sitúan al distrito postal del 25001, al que engloba los barrios de La Bordeta, Cappont, la nueva zona universitaria y Els Mangraners como el de mayor número de residentes con ingresos superiores a los 60.000 euros anuales (828) y también como el que más vio aumentar la población de ese rango entre 2020 y 2022, con 228 incorporaciones.
Al comparar datos de renta de esos dos años hay que tener el cuenta que el primero de ellos es el del parón económico por los confinamientos de la pandemia, una situación que tiró a la baja de la gran mayoría de las rentas salariales. No obstante, esa tendencia coincide con otra como fue la de las mudanzas a viviendas más amplias, unos movimientos que, por razones tanto de liquidez como de acceso al crédito, resultó más frecuente en los grupos de mayor renta que en los más bajos.
Esa cifra indica que prácticamente la quinta parte de quienes ganan más de 60.000 euros al año en Lleida (4.150, 767 más que dos años antes) residen en ese distrito.
El distrito que que engloba la Zona Alta, Flèming y el Camp d’Esports aparece, con 601, como el segundo con más residentes de rentas altas por delante del de Balàfia y Pardinyes (520), mientras que este último es el segundo en atracción (110) por delante del anterior (105)
El censo de personas con rentas elevadas de esos tres distritos supera al de Ciutat Jardí, que no llega al medio millar (456) y cuyo aumento en ese bienio fue uno de los menores de la ciudad: solo 36. Únicamente supera el que se dio en el antiguo centro, en el área de la Rambla de Ferran y la estación de Renfe, que, ya fuera por la mejora de los ingresos de residentes o por la llegada de otros de nivel alto, se quedó en 31.
Este último distrito es, con claras diferencias, el que tiene una menor cantidad de vecinos con rentas del tramo superior de la clasificación de Hacienda.
Se queda en 31, un registro que ilustra, junto a una densidad del 41,3% de los contribuyentes por debajo de los 12.000 euros brutos anuales (32,5% en la ciudad), la decadencia del centro.
En detalle
- Un tercio de inframileuristas
- Nóminas por 1.878 millones
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- Más capital que negocio
Alpicat supera a cualquier distrito del centro en vecinos adinerados
Hay algo parecido a una segunda periferia más allá de la que marca la orla exterior de la capital de Ponent que lleva años resultando atractiva para una parte de los miembros de los estratos más adinerados de la ciudad, que optan por fijar su residencia en las poblaciones de los alrededores en un proceso que los geógrafos denominan fenómeno periurbano. El principal alojador y receptor de vecinos de rentas altas de esa periferia es Alpicat, donde en 2022 residían 379 vecinos con ingresos de más de 60.000 euros brutos anuales y que en dos años registró un aumento de 58. Ese censo supera en número de miembros al de cualquiera de los distritos del centro de Lleida: 171 en Rambla Ferran, 292 en La Seu Vella y 224 y 276 en cada uno de los flancos de Príncep de Viana. Hay 149 en Alcarràs, 133 en Torrefarrera y 94 en Almacelles.