LLEIDA
“Dar a luz tenía que ser mágico, pero en el Arnau fue traumático, humillante y claustrofóbico”
Mireia comparte su “humillante” experiencia en el parto de su hija en el hospital Arnau de Vilanova de Lleida. En boxes “claustrofóbicos” y con traslados semidesnuda por los pasillos
“Ya conocía la mala reputación de las instalaciones del área de partos del hospital Arnau de Vilanova de Lleida, pero nunca habría imaginado vivir una experiencia tan deshumanizadora”, explica Mireia Sangaló, una leridana que dio a luz a finales de octubre en el Arnau. Explica que pasó más de 48 horas entre boxes “claustrofóbicos sin luz natural”, una habitación con una ducha sin agua caliente y una pequeña sala de dilatación compartida con siete mujeres, siendo desplazada varias veces semidesnuda y ensangrentada por zonas comunes.
Uno de los traslados, entre la sala de dilataciones y el paritorio, fue “pasando por pasillos con una simple tela cubriéndome mientras la cabeza de mi hija empezaba a salir, una situación humillante que me ha dejado una marca emocional profunda”, afirma.
Mireia denuncia que no tuvo suficiente información sobre los procedimientos médicos que se le aplicaron y que no ha recibido ninguna atención médica después del alta, pese a haber sufrido complicaciones graves. También asegura que “el médico residente que asistió mi parto me dijo que llevaba más de 26 horas trabajando”. Así, afirma que “lo que debería haber sido un momento mágico fue una experiencia traumática”.
La leridana ha hecho una queja formal al hospital en la que pide “proporcionar privacidad, evitar traslados innecesarios y garantizar un seguimiento adecuado”, así como “asegurar que los profesionales tengan jornadas razonables y proporcionarles recursos adecuados para que puedan ofrecer un servicio excelente”.
El testimonio de Mireia se une al de Eva y Marta, dos madres que también compartieron con este diario sus malas experiencias en los paritorios del Arnau. No son casos aislados, sino ejemplos de las razones que están causando una ‘fuga’ de parturientas a otros hospitales públicos y privados de Catalunya. Asistentes a los cursos de preparación al parto en Lleida explican que bastantes mujeres se plantean dar a luz en Igualada, y afirman que en cada sesión hay alguna consulta al respecto.
La primera intención de Mireia era tener a su hija en el Arnau, pero “una comadrona nos explicó la situación del hospital de forma clara en una de las clases y salí llorando muy desmoralizada”, por lo que buscó una alternativa y planificó su parto en un hospital de Barcelona. Sin embargo, tuvo que dar a luz en el Arnau por una complicación médica al romper aguas. “Las comadronas nos recomendaron traer auriculares, un antifaz y hasta algodones para poder soportar los malos olores en la sala de dilatación”, añade.
La gerencia del Arnau informó en octubre que prevé reformar el área de dilatación “a través de un plan prioritario a corto plazo” del que aún no ha dado más información.