LLEIDA
Los abogados proponen un turno especializado en delitos de odio
Una de las conclusiones del congreso en Lleida con más de 300 juristas. “La Inteligencia Artificial puede ser nuestra aliada pero tiene riesgos éticos y legales”
La Llotja de Lleida acogió ayer la clausura del Congrés de l’Advocacia Catalana después de reunir, desde el jueves, a más de 300 juristas para debatir y formarse sobre el futuro de la justicia y las cuestiones claves en el ejercicio de la profesión en un contexto de cambios sociales, tecnológicos y normativos. Uno de las conclusiones, tras la ponencia sobre los delitos de odio, señaló que este tipo de discursos “se deben combatir con una sólida formación y sensibilización de toda la sociedad desde la infancia” y que estos delitos “exigen una efectiva investigación y protección de las víctimas”. Por ello, apuntaron a que “sería conveniente que la abogacía cree un turno especializado en delitos de odio para proteger a las víctimas”. En total, se hicieron 20 ponencias para tratar diferentes temas como las parejas de hecho, el régimen de visitas en casos de violencia de género, el uso de la lengua o la mediación. Sin embargo, uno de los temas que más planeó entre los ponentes fue el uso de las nuevas tecnologías, sobre todo con la irrupción de la Inteligencia Artificial. Los expertos que debatieron sobre este punto señalaron que “puede ser nuestra aliada, pero puede comportar riesgos éticos y legales” y concluyeron que “el derecho debe ser garante del equilibrio entre la innovación y la justicia”.
En la clausura participó el conseller de Justicia, Ramon Espadaler, que agradeció a los abogados catalanes su esfuerzo y compromiso por avanzar en la mejora del servicio público de la justicia. Asimismo, puso en valor la importancia del turno de oficio y la justicia gratuita; la importancia de normalizar el catalán en la Justicia y el valor de la mediación “para reducir la conflictividad y evitar la sobrecarga judicial”. Entretanto, los expresidentes del Consell de l’Advocacia Maria Eugènia Gay, Joan Ramon Puig y Encarna Orduna recibieron la Creu de l’Advocacia Catalana.