DELINCUENCIA INVESTIGACIÓN
Cae una red especializada en robos de cable de cobre que ha cometido 13 asaltos en Lleida
Ha actuado en Bellvís, Fondarella, Juneda, Miralcamp, Tàrrega, Alcanó, Oliana, Ribera d'Urgellet y El Pont de Suert. Empresas afectadas han sufrido pérdidas de más de un millón de euros
Agentes de la División de Investigación Criminal (DIC) de la Región de Ponent de los Mossos d’Esquadra y de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Huesca detuvieron el pasado 27 de noviembre a ocho hombres de entre 21 y 29 años en Madrid como presuntos autores de 28 robos de cobre en empresas de Catalunya y Aragón, trece de ellos en las comarcas de Lleida. Se da la circunstancia de que varios de ellos ya fueron detenidos en febrero en Esparreguera cuando se disponían a vender 500 kilos de cobre robados en una empresa de Juneda. Los ladrones son originarios de Rumanía y algunas empresas han sufrido daños superiores al millón de euros. Constan robos en Bellvís, Fondarella, Juneda, Miralcamp, Tàrrega, Alcanó, Oliana, Ribera d’Urgellet y El Pont de Suert.
La investigación se inició en diciembre del año pasado, tras tener conocimiento de varios robos de cable eléctrico en empresas de Aragón y Catalunya que hacían un uso intensivo de energía en sus procesos de producción, a las que provocó importantes pérdidas, no solo por los daños causados sino por el lucro cesante al verse obligadas a paralizar su producción, con pérdidas. En una empresa de Bellvís, con la ayuda de una excavadora, reventaron las canalizaciones y arquetas por las que pasaba todo el cableado. Solo en esa empresa el valor de los daños sufridos superaría los 400.000 euros, como ya informaron los Mossos en febrero.
En el transcurso de la investigación, los Mossos d’Esquadra detuvieron el 22 de febrero a cinco sospechosos cuando iban a vender 500 kilos cobre sustraído en una deixalleria de Esparreguera. El material lo habían sustraído esa misma madrugada de una empresa de Juneda. Además, constataron que, una vez que quedaron en libertad, continuaron con una intensa actividad delictiva. Con gran movilidad por todo el Estado se continuaban desplazando desde su lugar de residencia de Madrid hacia Aragón y Catalunya (ver desglose).
Los robos se iniciaron en noviembre del año pasado en una empresa de forrajes de Fondarella y continuaron en las demarcaciones de Huesca, Lleida, Barcelona y Tarragona. Las empresas afectadas son depuradoras, estaciones de bombeo, industrias alimentarias, deshidratadoras, metalúrgicas, prefabricados de hormigón y extracción de áridos. Se da la circunstancia de que alguna de las empresas fueron asaltadas más de una vez. Los robos evidenciaban una selección de los objetivos, una experiencia en este tipo de asaltos, el uso de maquinaria para liberar el cable y el trabajo coordinado de varias personas.
Una vez obtenidos los indicios suficientes, el pasado miércoles los agentes procedieron a la detención de ocho hombres en Madrid como presuntos autores –aunque en diferente grado de participación– de 28 robos con fuerza, 13 de ellos en las comarcas de Lleida, y un delito de pertenencia a grupo criminal.
Vendían en horas el material robado e ingresaban el dinero en el banco
Las primeras gestiones llevadas a cabo por los investigadores apuntaron a que se trataría de un grupo de ladrones residentes en Madrid que se desplazaban al lugar seleccionado. Vivían en la Cañada Real, una zona donde ha habido varias operaciones policiales contra el narcotráfico. El modus operandi de la banda siempre era el mismo: se desplazaban desde Madrid y cometían los robos de madrugada. A primera hora de la mañana vendían el material sustraído en una deixalleria. Acto seguido, ingresaban el dinero en una entidad bancaria antes de regresar a Madrid. Ante este escenario se creó un equipo conjunto de investigación al coincidir casos que indagaban los Mossos d’Esquadra de Lleida y la Guardia Civil de Huesca. A medida que avanzaron las pesquisas pudieron identificar a las personas que presuntamente formaban parte de la banda. Se encontraban ante un grupo criminal, integrado por varios hombres que se alternaban en los robos, con un núcleo principal de responsables que seleccionaban a las empresas y coordinaban los asaltos.