LLEIDA
Récord de pisos vendidos en Lleida en un mes desde el estallido de la crisis inmobiliaria
En octubre hubo 599 operaciones, la mayor cifra desde enero de 2008. El sector lo atribuye a los bajos tipos de interés, a que hay más demanda al faltar oferta de alquiler y no ve riesgo de otra burbuja
El número de viviendas vendidas en Lleida el pasado octubre fue el mayor en un mes de los últimos 16 años, con un total de 599 según publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE). Unos valores que no se veían desde enero de 2008, justo antes del estallido de la burbuja inmobiliaria, y que confirman el buen año del sector, que ha vivido un repunte de la actividad desde el primer trimestre. Además, las previsiones apuntan que las ventas irán a más a lo largo del próximo año por la bajada de los tipos de interés, las facilidades que dan ahora las entidades bancarias para comprar y la escasa oferta actual de alquiler de calidad.
Según los datos del INE, de las 559 operaciones hechas en en octubre la gran mayoría (466) corresponden a viviendas de segunda mano. En Catalunya se registraron 10.925 compraventas, la mejor cifra desde 2007 y un 49,7% más que el mismo período del año pasado. A su vez, en todo el Estado hubo 69.418, un 51,3% más que en 2023 y el valor más alto desde octubre de 2007, hace 17 años.
Promotores y profesionales destacan que la oferta se adapta a la demanda y que ahora no hay especulación
Sobre estas cifras, la presidenta del gremio de promotores de Lleida, Montse Pujol, reconoció que “el repunte es evidente, lo estamos viviendo desde principios de año y todo indica que irá a más durante el 2025 y lo vemos como la respuesta lógica después de tantos años con el mercado estancado a nivel de construcción y compraventa”. Por ello, considera que “no estamos para nada ante una burbuja inmobiliaria, solo que ahora estamos empezando a corregir esta descompensación que había entre la demanda y la oferta a nivel de compraventa.
Por su parte, el director comercial de Finques Farré, Jordi Piqué, corroboró que 2024 es “un buen año para el sector pese al incremento de precios”, y atribuye este repunte a varios factores. “Por un lado, pese a que los salarios no suben, hay estabilidad laboral, lo que ayuda a generar ahorro, luego está que los intereses son bajos y los bancos cada vez facilitan más las hipotecas y las entradas para comprar un piso, y si a eso le sumas la falta de alquileres, especialmente de los de buena calidad, tenemos esta situación”, detalló Piqué. Por ello, no dudó en afirmar que el incremento de las ventas de vivienda se debe en buena parte a un “efecto rebote por la falta de alquileres” y que las operaciones que se cierran no son para especular. “Ahora, el que compra una vivienda es para vivir”, remarcó Piqué, que insistió en que ahora no hay ninguna burbuja inmobiliaria y que no se repetirán los factores que propiciaron la crisis de 2008. “Entonces el problema fue que se construía obra nueva sin parar, pero ahora no se inicia una promoción sin tener al menos el 50% de las viviendas vendidas”, concluyó.
Por último, el presidente del colegio de agentes inmobiliarios de Lleida, Josep Maria Esteve, ya avanzó a principios de noviembre que en los próximos meses las ventas de pisos alcanzaran cifras que no se veían desde antes de la crisis económica y que irán a más en 2025, por lo que anticipó que habrá mucha actividad tanto para la venta de viviendas de segunda mano como para las de obra nueva.