LLEIDA
La muralla de la Seu Vella de Lleida, sin cuidados: “una joia catalana llena de basura y toxicómanos”
La Associació Amics de la Seu Vella detecta hasta una cuarentena de “puntos negros” en el Turó. “El 80% de las deficiencias se solucionarían con un mantenimiento diario, ahora no existe”
El desprendimiento parcial de la muralla de la Llengua de Serp el pasado 4 de enero y su reparación, que durará unos seis meses, ha servido para volver a poner en el foco el estado de la fortificación del Turó de la Seu Vella, cuyo estado es más que deplorable en decenas de puntos, con grietas que tienen años de antigüedad, tramos desplomados que llevan décadas igual, restos históricos milenarios abandonados y con basura que, en líneas generales, evidencian que hay un nulo o casi inexistente mantenimiento de estos elementos patrimoniales.
Lleida
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Marc Carbonell
Una situación que, por desgracia, no es nueva para la Associació Amics de la Seu Vella, que ha documentado más de una cuarentena de deficiencias. La entidad lleva años denunciando que no se hace un mantenimiento adecuado de las murallas, lo que provoca que las inversiones millonarias hechas hasta ahora para conservarlas o recuperarlas caigan en saco roto. “Con pequeñas reparaciones y un mantenimiento diario como toca solucionaríamos el 80% de las deficiencias de las murallas de la Seu”, asegura el presidente de esta entidad, Joan Ramon González.
El mal estado del Turó ya se ve en su entrada principal, la Porta del Lleó, donde su arco “está degradado y en mal estado a pesar de que hace relativamente poco se reparó”, dice González. Ya en la zona de las murallas, las “pequeñas deficiencias” como boquetes, humedades, restos de sal y cal y rocas a punto de soltarse o ya totalmente desprendidas se repiten por toda la fortificación. “No tiene otra explicación que la falta de mantenimiento”, destaca González. Así ocurre en la Llengua de Serp, a pocos metros donde se está reparando el último desprendimiento, y en la Contraguardia y el Baluard de la Reina, debajo del restaurante La Sibil·la. González destaca que “cuando se reformaron estos muros se puso una base de hormigón y fue un error, porque evita que se filtre bien el agua y de ahí salen las humedades”.
La zona entre los baluartes de la Reina y de Louvigny incluye un entramado de humedades, sal “y parches de ladrillos con reparaciones puntuales de hace décadas y hacen que parte del muro esté torcido”, señala González, antes de pasar a la cara norte de la muralla, a la que define como “la zona de los horrores”. Un nombre que le da porque es, de lejos, la zona más degradada del Turó. Los baluartes de la Nova Muralla y del Francès están agrietados y parcialmente derruidos y “llevan así más de 20 años”, lo que ha obligado a acordonar zonas del parque de Santa Cecília. Este lugar se ha convertido en un refugio para personas sin hogar.
Ya acabando el recorrido, desde el Baluard del Rei se pueden ver grandes grietas en el tramo junto al acceso principal a la Seu y debajo de la Suda, mientras que el parking de la plaza de la Sardana está acordonada la parte que da al Baluard de l’Assumpció por los recurrentes desprendimientos. “Si queremos que la Seu Vella sea un monumento reconocido a nivel mundial no podemos permitirnos que esté así, no son necesarios grandes proyectos, solo mantenimiento diario”, concluye González.
Uno de los recintos fortificados más grandes y de más valor de Catalunya
Una de las zonas de mayor valor arqueológico de la Seu Vella son los restos de las murallas romanas, árabes y las cristianas de la época medieval. Deberían ser un espacio protegido con carteles informativos explicando la historia de la ciudad, pero en su lugar hay un vertedero que personas sin hogar y toxicómanos utilizan para dormir o para drogarse. “Es una de las joyas de la corona del Turó y está hecha mierda”, lamentó González, que recordó que las murallas de la Seu “son junto con las del castillo de Figueres las más grandes e importantes de Catalunya, pero parece que en Lleida no sabemos el tesoro que tenemos”.