LLEIDA
Trece escuelas de Lleida enseñan árabe y cultura marroquí y media docena, rumano
Forman parte de un programa que impulsa Educación y que se oferta para todos los alumnos de esos centros. Las clases se imparten mayoritariamente en horario extraescolar uno o dos días a la semana
Trece escuelas de Lleida imparten este curso clases de árabe a un total de 350 alumnos en el marco del programa Lengua Árabe y Cultura Marroquí, que impulsa el departamento de Educación, y media docena de colegios también enseñan rumano. Las clases se imparten mayoritariamente en horario extraescolar, con una o dos sesiones semanales al mediodía o por la tarde, y se ofertan a todo el alumnado del centro, aunque habitualmente se inscriben solo escolares de familias originarias de esos países.
Actualmente hay cuatro docentes de árabe, tres hombres y una mujer, y cada uno se encarga de varios centros. En el conjunto de Catalunya son 34 profesores para 120 centros y 1.831 alumnos, según una respuesta parlamentaria de la consellera de Educación, Esther Niubó. Asimismo, Lleida cuenta con un docente de rumano. Los de ambas lenguas están subvencionados por los gobiernos de los respectivos países, a través de convenios.
La escuela Minerva del barrio de Balàfia, por ejemplo, imparte ambos idiomas. El árabe lo inician en tercero de Primaria, como hacen la mayoría de centros, porque consideran que antes podría interferir en el aprendizaje de la lectoesriptura al ser un alfabeto diferente al del catalán y castellano, explica la directora. En cambio, el rumano, al tener una raíz común, lo comienzan ya en Infantil.
El colegio Pardinyes también participa en el programa y remarca que se centra en enseñar árabe y cultura marroquí, no el Corán. La directora subraya también que estas sesiones, que son gratuitas, “permiten a los alumnos preservar su identidad y conocer su cultura respetando la propia del país de acogida”, de manera que ayudan a fomentar la tolerancia y la inclusión. Destaca que el 85% del alumnado de este centro es de origen migrante, la mayoría árabes, y que las familias comenzaron a demandar este servicio de enseñanza de árabe hace unos años.
Afirmó que en su caso pueden atender todas las solicitudes, mientras que en otros centros se ven obligados a recurrir a un sorteo para adjudicar las plazas (unas doce por clase), como ha ocurrido este curso en la escuela Sant Josep de Calassanç, también en la capital. La directora señala que llevan tiempo impartiendo árabe a petición de las familias y recalca que tanto estas como los escolares que siguen las clases están “muy contentos” con este programa.
En el colegio Seu Vella, ubicado en el Centro Histórico, imparten árabe al mediodía, después del comedor, y su director apunta, como curiosidad, que este curso se ha inscrito una alumna que no es marroquí, sino originaria de Senegal. En este sentido, la directora de la escuela Joan Maragall de La Bordeta indica que este año han registrado demanda para aprender árabe por parte de familias de otros centros del barrio o incluso de niños que van a escuelas de fuera pero viven en La Bordeta. Por ello, se plantean proponer a Educación que las clases se den en el centro cívico y no circunscritas solo a los estudiantes del Joan Maragall.
Sus docentes también ejercen de traductores con las familias
El profesor de árabe del colegio Pardinyes, Taoufik Lahmidi, además de dar clases a los alumnos de tercero, cuarto, quinto y sexto de Primaria, también ejerce como traductor con las familias de origen árabe en tutorías y otras actividades, como en las visitas con la psicopedagoga o la trabajadora social o incluso fiestas de fin de curso o colonias.
La directora del centro señala que el ayuntamiento de Lleida también dispone de servicio de traducción, pero incide en que el profesor del programa de lengua árabe y cultura marroquí también tiene asignada una hora de atención a las familias, lo que les va “muy bien” para comunicarse con las que no conocen el catalán y el castellano. Subraya que esta situación ayuda a establecer vínculos y una relación de confianza.