Àngel Ros: «La Llotja es la obra emblemática de la Lleida del siglo XXI»

Hace 15 años dijo que la Llotja tenía que convertirse en el tercer espacio escénico de Catalunya. ¿Expectativas cumplidas? Por una consideración puramente física, de tamaño, la Llotja solo tiene por delante el Liceu y el Teatre Nacional de Catalunya, ambos en Barcelona. Otra cosa es que la programación responda. Y yo creo que ha sido muy interesante en el terreno de las artes escénicas, teatro, danza, ópera... Me siento muy orgulloso de la inauguración con la ópera Il Trovatore, una coproducción con el Liceu. 

También afirmó entonces que la Llotja pondría a Lleida en la primera división de los congresos. Éramos la primera ciudad de Catalunya después de Barcelona en ferias, congresos y convenciones y no teníamos un palacio para acogerlos. Se hacían en la Universitat, en hoteles... 

La idea inicial era un palacio de congresos. ¿Y el teatro? Me dio la idea Joaquim de Nadal, que conocía de cuando trabajé en el ayuntamiento de Barcelona: “por un poco más, también tienes un teatro, solo tienes que añadir escenario y foso para los músicos”. Dicho y hecho, desde entonces ha ejercido el doble papel de teatro y palacio de actos de todo tipo. ¡Un día hasta llegaron a coincidir en diferentes salas Mariano Rajoy, José Montilla y Artur Mas! 

¿Cómo la califica a nivel estético? Es el edificio emblemático de la Lleida moderna, el más representativo del siglo XXI. Y desde aquí se ve la Seu Vella, el símbolo histórico de la ciudad. La Llotja es especialmente bonita y funcionalmente muy operativa, también la plaza exterior y la grada, que dan mucho juego para actividades. 

Pero también ha sufrido críticas. Siempre las he entendido en clave estrictamente de erosión política. Lanzaron acusaciones de obra faraónica, de ruina económica..., cuando todo se sufragó con la venta del solar junto al edificio. Si los que se han quedado con los derechos de este solar renuncian, retornará a la Paeria. Lo importante es que la Llotja se construyó y que desde entonces aporta turismo de negocios, que repercute en la hostelería y el comercio, y actividad cultural a la ciudad. Agradezco de forma especial la labor de Toni Cabero, uno de los agentes culturales que más la han impulsado, y de la Jesús Costa, que la dirigió un tiempo. 

¿Es su gran legado político? Es una gran obra emblemática para Lleida, pero también hay otras, como la rehabilitación de Gardeny como parque científico o el puente de Príncep de Viana como parte del Pla de l’Estació.