LLEIDA
El 18,9% de las tuberías de la red de agua potable son de fibrocemento
En los últimos diez años se han reducido un 3% y la previsión de la Paeria es sustituirlas progresivamente. La mayoría de los conductos (62%) son de polietileno
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Imagen de archivo de obras para mejorar la red de agua potable en Rambla Ferran. - SEGRE
La red de agua potable de Lleida ciudad tiene todavía 121,1 kilómetros de tuberías de fibrocemento, un material muy usado en los años cincuenta, sesenta, setenta y ochenta del siglo pasado para todo tipo de construcciones que más tarde se descubrió que es tóxico si se rompe. Así lo detalla la memoria del proyecto para la renovación de la red de agua en las avenidas de Balmes, Prat de la Riba y la calle Artur Mor. Estos 121,1 kilómetros representan el 18,9% del total de la red, que tiene 641 kilómetros y desde los años noventa se ha ido reduciendo de forma progresiva. De hecho, según ha podido saber este diario, en los últimos diez años ha disminuido aproximadamente en un 3% y la previsión del gobierno municipal es irlas sustituyendo de forma paulatina por otros materiales como el polietileno.
Además de fibrocemento, el resto de tuberías de la red son de polietileno, hormigón armado, fundición nodular o gris, de hierro o de PVC. El material predominante es el polietileno, presente en el 62,6% de la red, unos 401 kilómetros de tuberías. El segundo material más común es el fibrocemento y le siguen el PVC, con un 8,3% (53,2 kilómetros); fundición nodular, con un 8,2% (52,5 km); y hormigón armado, con un 1,7% (10,89 km). A nivel más residual también hay conductos de hierro, con un 0,2% (10,89 km) y de fundición gris, con un 0,1% (0,64 km). En este sentido, en la memoria del proyecto de mejora de la red se detalla que las acometidas domiciliarias de plomo son el 8% del total y que la previsión a medio y largo plazo es sustituir tanto estas acometidas como las tuberías de fibrocemento por polietileno.
El alcalde, Fèlix Larrosa, dijo al respecto que “cada vez que hay algún tipo de actuación en la vía pública se actúa también en el subsuelo, es lógico, sabemos dónde están y a medida que vayamos haciendo actuaciones urbanas iremos renovando estas tuberías”. Remarcó que el fibrocemento no es tóxico si no se rompe y que con el nuevo plan director de la red de agua “acabaremos de definir todas las actuaciones a ejecutar en los próximos años”.
La Generalitat aprobó hace dos años un plan para que Catalunya esté libre de amianto en 2032 y estimó que actualmente todavía había 4 millones de toneladas de este material en cubiertas, tuberías y otras infraestructuras. Asimismo, el Govern estima que el fibrocemento tiene una vida útil de entre 30 y 50 años y para el 2030 el 85% de este materiale que hay por toda Catalunya habrá superado esta antigüedad.