L'Horta de Lleida en flor: descubre la mejor ruta para disfrutar de un espectáculo natural efímero e inolvidable
Cada marzo, los campos de l'Horta de Lleida se transforman en un mar de colores, ofreciendo una experiencia sensorial única y una invitación a descubrir la belleza del paisaje agrario
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Campos de l'Horta de Lleida en primavera.
Cada mes de marzo se produce en Lleida un espectáculo natural irrepetible y efímero que cautiva a locales y visitantes por igual. Se trata de la floración de los frutales en l'Horta de Lleida, un fenómeno en el que las hectáreas del singular entorno agrario que rodea la ciudad se transforman en una eclosión de colores, texturas y matices.
L'Horta de Lleida: un tesoro natural
L'Horta de Lleida es un espacio íntimamente ligado a la identidad de la ciudad y sus habitantes. Forjado a partir de los márgenes del río Segre, este entorno natural se caracteriza por la multiplicidad de árboles frutales, plantas aromáticas y espacios agrarios que lo componen.
Durante la floración, la Horta de Lleida ofrece una experiencia sensorial única. Ya sea a pie, en bicicleta, en solitario o en compañía, recorrer este entorno permite disfrutar de un espectáculo natural que permanece en la memoria y se renueva cada primavera.
Ruta por la floración: un recorrido espectacular
Para vivir de cerca la magia de la floración, existe una ruta que parte desde el emblemático Arc del Pont en el corazón de Lleida. El itinerario, de unos 5,8 kilómetros y una duración aproximada de 1 hora y 10 minutos, permite descubrir algunos de los rincones más especiales de la Horta.
Siguiendo los márgenes del río Segre, la ruta propone varios puntos de parada como la pasarela del Tòfol, un lugar que evoca los antiguos pasos de barca que cruzaban el río. También se atraviesan puentes icónicos como el Pont Vell, el de la Universitat y la nueva pasarela del Liceu Escolar.
A lo largo del recorrido, el paisaje se va transformando, alternando tramos asfaltados con senderos de tierra que discurren entre huertas y plantaciones. Además de la explosión floral de los frutales, el camino está jalonado por elementos singulares como el monumento a Julio César o el canal de Serós.
Albatàrrec: el broche final de la ruta
El punto final de este itinerario primaveral es el pintoresco pueblo de Albatàrrec, ubicado a unos 5,8 kilómetros del inicio de la ruta en Lleida. Tras algo más de una hora de caminata, los visitantes son recompensados con la bucólica estampa de este núcleo rural, donde el tiempo parece haberse detenido.
En Albatàrrec, las calles adoquinadas y las casas tradicionales de piedra se funden con los campos en flor que rodean el pueblo. Este enclave es el escenario perfecto para reponer fuerzas en alguno de sus acogedores establecimientos antes de emprender el camino de vuelta.