La emancipación juvenil, un reto cada vez más difícil
Tres de cada diez jóvenes que salieron del hogar familiar aún requieren del apoyo de terceros para hacer frente a los gastos de la vivienda
Imagen de archivo de un bloque de pisos en Lleida ciudad. - MAGDALENA ALTISENT
Salir del hogar familiar sigue siendo un reto para la mayoría de los jóvenes en España. Según el Consejo de la Juventud de España (CJE), solo el 14,8% de los menores de 30 años lograron independizarse hasta mediados del año pasado, la cifra más baja desde 2006. Además, un 30% de los que lo consiguen siguen necesitando ayuda económica de terceros para afrontar los gastos de la vivienda.
La falta de estabilidad laboral y los bajos salarios impiden que muchos puedan vivir de forma independiente. Andrea García, asturiana de 25 años, trabaja 30 horas semanales en una cafetería por 900 euros al mes, pero debe destinar la mitad de su sueldo al alquiler y recibe ayuda de sus padres. "Aunque trabajes y compartas piso, aún necesitas apoyo familiar", lamenta. Casos como el suyo se repiten en todo el país, con jóvenes que deben optar por compartir habitación o retrasar sus planes de vida.
El precio de la vivienda es otro factor clave. En 2024, las donaciones de inmuebles y dinero por parte de los padres alcanzaron un récord histórico, según el Consejo General del Notariado. Mientras algunos logran ahorrar con este apoyo deben volver a casa de sus progenitores tras concluir su formación, al no encontrar un empleo con ingresos suficientes.
La dependencia familiar es una realidad para la mayoría. Muchos padres ayudan con dinero, vivienda o incluso comida. Sin embargo, María Miyar, de Funcas, advierte que esta situación frena la autonomía de los jóvenes y afecta sus proyectos de vida. "Si ni siquiera puedes mantenerte a ti mismo, es difícil pensar en comprar una vivienda o formar una familia", concluye.
