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Los caracoles de madera de la plaza Blas Infante de Lleida, sin caparazón

El mobiliario urbano en forma de caracol, que homenajeaba el Aplec del Caragol, ha aparecido sin caparazón este viernes, según han denunciado varios vecinos, pero los motivos no son lo que nos pensamos.

Los caracoles de la plaza Blas Infante de Lleida aparecen sin caparazón 

Los caracoles de la plaza Blas Infante de Lleida aparecen sin caparazón JORDI ECHEVARRÍA

SEGRE REDACCIÓ
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Los emblemáticos caracoles de madera ubicados en la plaza Blas Infante de Lleida no han sido víctimas de un acto vandálico, según indicaban esta mañana varios lectores. Se trata, tal como ha podido saber SEGRE, de un proceso de restauración a cargo del IMO de Lleida. Los operarios se han llevado la parte superior, visiblemente deteriorada, para repararla. No lo han hecho de la parte inferior, ya que se encuentra en mejor estado. Este mobiliario urbano sirve también de juego infantil a la plaza.

Este mobiliario urbano se instaló como homenaje al Aplec del Caragol, una de las celebraciones más emblemáticas de Lleida, que durante sus primeras ediciones se celebraba en el Xoperal del río, muy cerca de esta zona de Cappont. Los caracoles formaban parte del diseño integral de esta plaza inaugurada el año 2010.

Una plaza con historia compleja

El espacio que hoy lleva el nombre de Blas Infante, reconocido como "padre de la patria andaluza" y fusilado por las tropas franquistas al inicio de la Guerra Civil, ha experimentado una transformación notable durante las últimas décadas. Hasta al principio del siglo XXI era simplemente un descampado utilizado como aparcamiento improvisado y anteriormente había acogido circos itinerantes cuando hacían parada en la capital del Segrià.

El proyecto de remodelación se inició en el 2003 cuando el Ayuntamiento convocó un concurso para construir un aparcamiento subterráneo y urbanizar la superficie. Aunque el aparcamiento entró en funcionamiento en el 2005, la plaza no se inauguró hasta cinco años después, dejando durante este periodo sólo una gran losa de hormigón a la vista.

Un diseño controvertido

La propuesta inicial de los arquitectos Mamen Domingo y Ernest Ferré, que contemplaba varios palos de 30 metros de altura, generó una fuerte polémica y fue mayoritariamente rechazada por el vecindario. Ante esta situación, los creadores presentaron un nuevo proyecto que incluía ocho estructuras metálicas de menor alzada y más vegetación distribuida por todo el espacio, diseño que finalmente fue ejecutado.

Además de las estructuras metálicas, la plaza incorporaba los caracoles de madera que ahora han sido retirados, elementos que constituían un homenaje al Aplec del Caragol y que formaban parte de la identidad de este espacio urbano en el barrio de Cappont.

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