PANORAMA
Pedro Sánchez no cede y responde a los críticos adelantando el congreso a noviembre
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, respondió ayer con contundencia ante el “claro golpe de estado” de los 17 dimisionarios y propuso adelantar a noviembre el congreso federal, manteniendo las primarias el 23 de octubre, tras la reacción de los críticos de intentar que el Comité Federal apruebe mañana una gestora que tome las riendas del partido.
La Ejecutiva que permanece leal a Sánchez se reunió en la sede de Ferraz para constatar que sigue controlando el partido y proponer al máximo órgano que apruebe el calendario del congreso extraordinario, previsto el 12 y 13 de noviembre, tres semanas antes de lo que había planteado antes de estallar la rebelión.
Ante el pulso que ha puesto al partido al borde del cisma, los críticos quieren que el partido facilite una investidura del líder del PP, Mariano Rajoy, y frenar cualquier intento de acuerdo con Podemos y los nacionalistas catalanes, mientras que los fieles a Sánchez niegan en toda regla un gobierno de Rajoy; Sánchez quiso tomar la iniciativa después del intento de los dimisionarios de intentar controlar el partido de la mano de la dirigente sevillana Verónica Pérez, persona de confianza de Díaz. “En este momento, la única autoridad que existe en el PSOE, les guste o no, soy yo, porque me eligieron en el Comité Federal”, proclamó Pérez a las puertas de la sede de Ferraz.
Ésta, a la que nadie de la dirección recibió, intentó sin éxito convocar la Comisión Federal de Ética y Garantías, el órgano arbitral encargado de dirimir conflictos, donde los detractores tienen mayoría entre sus cinco vocales, aunque la presidenta, la vasca Isabel Celaá, es ‘sanchista’. Ferraz frenó la maniobra considerando “nula a todos los efectos” la convocatoria de ese órgano, si bien los tres vocales críticos dieron un ultimátum de 24 horas para que tenga lugar la reunión o emitirán un dictamen por su propia cuenta. Los críticos insisten en que la dimisión de 17 miembros de la Ejecutiva Federal supone su disolución, al ser la mitad más uno, por lo que tiene que ser una gestora la que pase a dirigir el partido.
La dirección de Sánchez alega que los estatutos avalan su decisión de seguir tutelando el partido, cierra la puerta a la gestora y admite que no hay margen para la mediación ante la gravedad del golpe asestado.
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La Ejecutiva Federal del PSOE está formada por 38 miembros, de los que 17 presentaron el jueves su dimisión y 17 siguen apoyando al secretario general, Pedro Sánchez. Hay que tener en cuenta que la Ejecutiva tiene tres vacantes que no se cubrieron, entre ellas, la del fallecido Pedro Zerolo.
Entre los que se han posicionado a favor de Sánchez está el secretario de Organización, César Luena, el de Acción Política, Patxi López, la de Estudios y Programas, Meritxell Batet, o el vocal Pere Navarro. Precisamente, el exlíder del PSC Pere Navarro cargó duramente contra la exministra Carme Chacón por su dimisión y la criticó con contundencia: “Chacón siempre ha tenido un proyecto político muy claro que se llama Carme Chacón”. Por otro lado, el exministro socialista Josep Borrell también defendió a Sánchez y pidió un PSOE para un futuro “unido y fuerte”. El líder del PSC, Miquel Iceta, también mostró su apoyo a Sánchez y cargó contra la dimisión “absolutamente innecesaria” de los 17 miembros.
Por otra parte, entre los dimisionarios está la presidenta del PSOE, Micaela Navarro, dos presidentes autonómicos: Ximo Puig (Comunidad Valenciana) y Emiliano García Page (Castilla-La Mancha), como también la exministra Carme Chacón.
Puig dijo que quiere “tender puentes, buscar soluciones y no cavar más la fosa” en el PSOE, porque “esto no va de bandas ni de grupos, va de posiciones políticas” y hay que recuperar el diálogo roto. Por otro lado, el dimitido secretario de Política Federal del PSOE, Antonio Pradas, llamó a la “prudencia” y pidió a los fieles a Sánchez “que se aferran de una forma tan numantina a un cargo” que “reflexionen y bajen el pistón”.