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UNIÓN EUROPEA COMERCIO

La dificultad para ratificar el CETA pone en peligro la política de la UE

El rechazo de la región belga de Valonia cuestiona la firma del tratado de libre comercio con Canadá || El acuerdo debe firmarse el jueves en una cumbre bilateral

Martin Schulz i la ministra de Comerç canadenc, Chrystia Freeland, ahir al Parlament Europeu.

Martin Schulz i la ministra de Comerç canadenc, Chrystia Freeland, ahir al Parlament Europeu.

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La Unión Europea se enfrenta a una nueva encrucijada política por el rechazo de Valonia –una región de Bélgica con competencias en comercio internacional– al acuerdo de libre comercio negociado con Canadá (CETA), que hace tambalear el planteamiento de una política comercial conjunta frente a las ambiciones nacionales y la desconfianza de los ciudadanos. “Los problemas que quedan están en el interior de la UE”, afirmó ayer Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo. Schulz confió en que no habrá “ningún problema que no podamos resolver” para lograr la firma del acuerdo el próximo jueves en una cumbre UE-Canadá. Pero la sucesión de reuniones de último minuto a fin de convencer a una región de poco más de 3,5 millones de habitantes para que respalde un acuerdo que se lleva preparando desde hace 7 años, unida a la “decepción” manifestada por los canadienses, ponen en cuestión la capacidad de la UE para sacar adelante este tipo de pactos. “El CETA podría ser nuestro último acuerdo de libre comercio si no podemos convencer a la gente de que los acuerdos de libre comercio van en su interés”, avisó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, el jueves al inicio de una cumbre de líderes que se mostró incapaz de desbloquear el impasse.

La oposición ciudadana a los tratados de libre comercio ha ido creciendo en los últimos meses, hasta el punto de movilizar a miles de personas en diferentes ciudades europeas para manifestar su preocupación por que se concedan demasiado poder a multinacionales y se rebajen los estándares de protección comunitarios. Greenpeace pidió rechazar el pacto e impulsar “una política comercial más justa” frente a “la avaricia corporativa”. Actualmente es la Comisión Europea (CE) quien negocia en nombre de los Estados miembros los acuerdos comerciales. En este caso, se decidió que fuera ratificado por los 28 parlamentos nacionales y el proceso se ha alargado mucho, lo que ha puesto a prueba la paciencia de los canadienses. Valonia recela principalmente del mecanismo de tribunales al margen de los sistemas nacionales de justicia para dirimir los conflictos estados-inversores.

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