TERRORISMO YIHADISMO
Un ataque terrorista deja al menos 63 policías muertos en Pakistán
El Gobierno culpa a un grupo local, mientras el asalto es reivindicado también por Estado Islámico || La UE apela a la cooperación internacional contra el terrorismo
El terrorismo paquistaní golpeó ayer duramente a las fuerzas de seguridad del país con el ataque a una escuela de policía en Quetta, en el oeste del país, que causó la muerte de 62 cadetes y un capitán de la Policía, a las que hay que sumar las de los tres asaltantes, además de unos 120 heridos, una veintena de ellos de gravedad.
El asalto comenzó poco antes de la medianoche, cuando tres terroristas entraron en la Academia de Policía de Baluchistán tras matar a un vigía, se dirigieron a los dormitorios y abrieron fuego contra los cadetes. Poco después llegaron las fuerzas de seguridad y se produjo un enfrentamiento, que se prolongó durante cinco horas, en medio de la oscuridad, ya que las autoridades cortaron la electricidad en la zona, y con helicópteros sobrevolando el área. Dos de los asaltantes activaron los explosivos que portaban, mientras que el tercero fue abatido por las fuerzas de seguridad.
El Cuerpo de Fronteras de Pakistán, que llevó a cabo la operación antiterrorista, indicó que los atacantes pertenecían al grupo insurgente suní Lashkar-e-Jhangvi (LeJ) y aseveró que éstos estuvieron en comunicación durante el ataque con Afganistán. Sin embargo, el asalto fue reivindicado tanto por la principal formación insurgente del país, el Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), como por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Baluchistán, provincia fronteriza con Afganistán e Irán y la más extensa y menos poblada de Pakistán, es escenario habitual de violencia con la presencia de grupos armados separatistas, facciones talibanas y grupos yihadistas.
El asalto a la escuela policial es uno de los peores ataques del año en el país, tras la matanza de 70 abogados en agosto, también en Quetta, y el atentado suicida en un parque de Lahore que causó 73 muertos en marzo pasado.
El Gobierno de EEUU, principal aliado de Pakistán, condenó el ataque “terrorista” y “cobarde”, mientras que desde Bruselas se apeló a la necesidad de que haya “una cooperación internacional fuerte” en la lucha contra el terrorismo y se prometió que la Unión Europea seguirá trabajando “de cerca” con Islamabad.