POLÍTICA SOBERANISMO
Puigdemont insta a operar contra el uso de leyes ‘para pisar derechos’
Iceta: “Somos la última viga para hallar una solución no traumática para Catalunya”
El President de la Generalitat, Carles Puigdemont, afirmó ayer que en ocasiones se utiliza la ley para “pisar los derechos fundamentales” y pidió cambios profundos y movilizaciones.
Lo dijo en la inauguración del I Congreso Internacional de Defensores Locales que se celebrará hasta mañana en Girona, la ciudad de la que Puigdemont fue alcalde antes de convertirse en President.
“Cuando se utiliza la ley para pisar derechos fundamentales o cuando en nombre de la ley se ampara la impunidad de derechos espurios, estamos obligados juntos a operar cambios profundos, a movilizarnos”, reflexionó.
Ante la presencia de defensores del pueblo locales de todo el mundo, aseguró que los derechos humanos están “en riesgo, amenazados, perseguidos, discutidos y violentados en muchas partes” del planeta, y aseguró que Europa no es una excepción.
Por otra parte, el vicepresidente del Govern, Oriol Junqueras, desconfió de que el Gobierno central quiera dialogar en base a la experiencia de los últimos años, y avisó: “Por sus frutos les conoceréis”.
“La experiencia nos enseña que este diálogo por parte de Madrid nunca ha existido”, subrayó, más allá de que pueda haber complicidades de carácter personal y cordialidad en las relaciones humanas.
Sobre los Prespuestos de 2017, explicó que harán “lo posible” para que se aprueben porque aportan 1.050 millones de más para políticas sociales, entre otras cuestiones.
Asimismo, los eurodiputados de ERC, Josep Maria Terricabras y Ernest Maragall, y el del PDECat, Ramon Tremosa, denunciaron en el Parlamento Europeo “la regresión democrática de España”, después de la última ofensiva judicial “contra políticos independentistas”, en relación al suplicatorio del diputado del PDECat Francesc Homs para que sea juzgado por la consulta del 9-N.
Por otro lado, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, defendió que Catalunya es una nación dentro del Estado español. “No somos una especie de quintacolumna soberanista, quizá somos la última viga que resiste la presión que amenaza con derribar el puente de la esperanza de encontrar una solución no traumática al problema de la relación entre Catalunya y el resto de España”, defendió.