PANORAMA
Muere Fidel Castro
Fidel Castro, el hombre que condujo el destino de Cuba durante casi medio siglo y uno de los líderes más controvertidos de la historia contemporánea, falleció ayer en La Habana a los 90 años de edad, tras retirarse del poder en 2006 por una grave enfermedad.
“Querido pueblo de Cuba: con profundo dolor comparezco para informar a nuestro pueblo, a los amigos de nuestra América y del mundo de que hoy, 25 de noviembre del 2016, a las 10.29 horas de la noche, falleció el comandante en jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz”, anunció su hermano y actual presidente, Raúl Castro, en una alocución publicada en la televisión cubana. “En cumplimiento de la voluntad expresa del compañero Fidel, sus restos serán incinerados”, continuó.
Su funeral será el 4 de diciembre y se han declarado 9 días de duelo nacional en la isla
Castristas y anticastristas se enfrentaron ayer ante la embajada de Cuba en Madrid
Tras 47 años al frente del régimen, abandonó el poder y delegó en su hermano Raúl
Al frente de una revolución que puso a Cuba en el centro de la escena internacional y de un régimen que se ha prolongado 56 años, Castro fue actor y superviviente destacado en el tablero de las complejas tensiones de la segunda mitad del siglo XX entre socialismo y capitalismo, norte y sur, y ricos y pobres.
Un luto de nueve días envolverá Cuba para despedir al líder de su Revolución y a quien los cubanos rendirán tributo durante casi una semana con actos que se prevén multitudinarios en La Habana y también Santiago, donde será enterrado.
El duelo nacional fue decretado por el Consejo de Estado de la isla unas horas después del anuncio y establece que durante los nueve días en los que regirá “cesarán las actividades y espectáculos públicos” y la bandera nacional ondeará a media asta en los edificios públicos y establecimientos militares.
Tras la cremación, sus cenizas iniciarán un periplo por toda Cuba, de occidente a oriente, un recorrido inverso que rememorará la “Caravana de la Libertad” que el líder encabezó en 1959 al comienzo de la Revolución. Los restos mortales partirán el miércoles desde La Habana, donde residía, y recorrerán la isla durante cuatro días hasta llegar a Santiago de Cuba, una provincia en la que no nació pero que fue la cuna de la Revolución y a la que tanto él como su hermano Raúl estuvieron siempre muy vinculados. Antes, los cubanos tendrán dos días para despedirse de Fidel en La Habana, en la emblemática Plaza de la Revolución donde pronunció largos discursos contra el enemigo estadounidense.El entierro está previsto para el 4 de diciembre, cuando se celebrará una ceremonia de inhumación en el cementerio de Santa Ifigenia.
Al hombre que gobernó con mano férrea la isla caribeña durante 47 años, solo la enfermedad pudo apartarle del poder y en 2006 delegó todos los cargos en su hermano Raúl: fue así testigo de su propia sucesión y también de las reformas emprendidas por el menor de los Castro para intentar reanimar una economía socialista en ruinas. En sus últimos años, reapareció en algunos actos públicos y se dedicó a analizar cuestiones de índole internacional. Su última aparición en público fue, precisamente, con motivo de su cumpleaños, el 14 de agosto.
miami
La muerte de Fidel Castro fue recibida ayer con manifestaciones de alegría y esperanza de cambio por una parte de la gran comunidad cubana en Miami, para la que el líder de la Revolución fue la encarnación de todos los males y el culpable de casi todos sus sinsabores. Decenas de cubanos se congregaron con banderas de su país y de EEUU en el café Versailles de Miami al conocer la muerte de Fidel Castro, quien llevó a miles de personas a huir de Cuba desde 1959. Muchos sonreían a la cámara, otros lloraban de la emoción y algunos bebían champán directamente de la botella sin importarles las cámaras ni los fotógrafos. Ramón Saúl Sánchez, líder de la organización del exilio cubano Movimiento Democracia, se lamentó de que la muerte de un “tirano” como definió a Fidel Castro no vaya a significar “la libertad del pueblo de Cuba”. En la calle la gente habló y sin tapujos. “Estamos festejando la muerte de un dictador, de un asesino que se pasó más de 50 años oprimiendo a un pueblo, separando a las familias y fusilando”, señaló Carlos Falcón.
Por el contrario, en la isla los cubanos despertaron con la noticia de la muerte de Castro y muchos reaccionaron con pesar, con admiración al considerarlo como una personalidad histórica, pero también con expectativas hacia el futuro de la isla. Cientos de jóvenes participaron ayer en una concentración en la Universidad de La Habana para recordar al que fue su líder.
Asimismo, castristas y anticastristas se enfrentaron ante la embajada de Cuba en Madrid durante la concentración de unos y otros que confluyó en el Paseo de La Habana de la capital con motivo de la muerte de Fidel Castro. La Policía tuvo en algún momento que separar a personas de uno y otro bando cuando llegaban incluso a las manos.
madrid
La muerte de Fidel Castro ha vuelto a poner en primer plano la incógnita sobre el embargo a Cuba que durante más de cinco décadas ha mantenido EEUU y cuyo futuro ahora dependerá de la nueva administración del presidente electo, Donald Trump.
Tras el acercamiento y normalización de relaciones registrados en los últimos dos años de gestión presidencial de Barack Obama, incluida la reapertura de embajadas, el fin de su administración y la llegada, a partir del próximo 20 de enero, del Gobierno de Trump, abre una etapa de incertidumbre sobre el futuro de las sanciones.
En estos casi dos años Obama ha restablecido los vuelos directos a Cuba, ha aliviado algunas trabas comerciales y ha suavizado ciertas restricciones de viajes de estadounidenses a la isla, pero todo ello mediante decretos, ya que no ha contado para hacerlo con el apoyo del Congreso, de mayoría republicana en ambas cámaras.
Durante su campaña presidencial, Trump anunció en un principio que condicionaría el acercamiento a Cuba a la apertura del régimen comunista cubano y a avances en el terreno de los derechos humanos, pero acabó por prometer revertir los pasos dados por Obama. Pero algunos analistas consideran que el magnate de los hoteles y los casinos tendrá que atemperar esa postura debido a las presiones que recibirá de parte de los empresarios estadounidenses que llevan décadas anhelando hacer negocios con Cuba.
Entre ellos está el pensador político Noam Chomsky, que asegura que las presiones de las empresas estadounidenses que quieren hacer negocios con la isla en terrenos como la biotecnología, el farmacéutico, la agroindustria o el turismo podrían condicionar las promesas electorales de Trump.