PANORAMA
Artur Mas dice que plantaron cara al Gobierno central y atribuye el juicio al éxito del 9N
Puigdemont y el expresident avisan a Rajoy de que “está a tiempo de rectificar” con Catalunya || Visto para sentencia el proceso, en el que el presidente del PDeCAT, Ortega y Rigau se juegan su inhabilitación
El juicio del 9N quedó visto para sentencia ayer en el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya con los alegados finales. Mientras el fiscal insistió en la desobediencia y en que el proceso judicial también es democracia, según sus palabras, el expresident Artur Mas aprovechó su turno de palabra para acusar al Gobierno central de sentarle en el banquillo al tomarse como un “desafío” el “éxito” del 9N.Mas y las exconselleras Joana Ortega e Irene Rigau se enfrentan a penas de 10 y 9 años de inhabilitación, respectivamente, por prevaricación y desobediencia al mantener la consulta independentista del 9N tras su suspensión, cinco días antes, por el Tribunal Constitucional. El cruce de acusaciones entre la Fiscalía y Mas marcaron la quinta y última jornada del juicio.
Mas expresó su “preocupación” por la revelación del fiscal, Emilio Sánchez Ulled, quien poco antes aseguró que cuando la ex fiscal general del Estado Consuelo Madrigal le encargó el caso, le pidió que actuara con imparcialidad. El presidente del TSJC, Jesús María Barrientos, le interrumpió al recordarle que el turno de última palabra es “en su propia defensa, no para entrar en diálogo y cuestionamiento, todavía menos con el ministerio público”. “Es en mi defensa saber cómo actúa la Fiscalía en mi país”, se quejó entonces Mas, que denunció que en los últimos años ha sido “calumniado, difamado” y víctima de operaciones de “guerra sucia”, sin que “nadie” saliera en su defensa cuando era “president de la Generalitat y representante ordinario del Estado en Catalunya”.
Para Ortega, dar la voz al pueblo es una obligación y Rigau alude al inicio de una involución democrática
Por su parte, Joana Ortega alegó que dar la voz al pueblo “no es un delito, sino una obligación”, mientras Rigau alertó de que el proceso del 9N puede ser el inicio de una “involución democrática” en España.
Tras quedar visto para sentencia, los tres acusados se dirigieron al Palau de la Generalitat, donde el President, Carles Puigdemont, les recibió para mostrarles su apoyo.
“El Gobierno español está a tiempo de rectificar. Para rectificar se tiene que dialogar a través de una mesa política. Espero que rectifique”, afirmó Puigdemont en rueda de prensa junto a Mas, quien respaldó sus palabras. También defendió el papel de los tres juzgados: “Todo lo que hicieron nace de la legalidad y la legitimidad democrática”, y aseguró que sus palabras en el juicio representan al conjunto del pueblo de Catalunya.
Puigdemont señaló la gravedad de este juicio destacando que, si el expresident Mas no hubiera renunciado a continuar en el cargo -lo dejó por las presiones de la CUP-, esta semana se hubiera juzgado a “un presidente en activo”.
A preguntas de los periodistas, Mas lamentó que la CUP criticara la estrategia de sus abogados defensores por no decir que el 9N desobedeció: “Cada uno tiene su criterio de conducta. Sus actitudes muchas veces no coinciden con las nuestras. Tenemos la suficiente personalidad para actuar con criterio propio”. Además dijo que los tres acusados “no hemos prostituido el espíritu del 9 de noviembre”.
Como detalle, llegaron a la rueda de prensa con el carillón de la Generalitat tocando ‘Grandola Vila Morena’, la canción portuguesa conocida por ser el himno de la ‘Revolución de los claveles’ en favor de la democracia.