TRIBUNALES
Un empresario confiesa que pagó a exalcalde de Santa Coloma a cambio de contrato
Asegura que entregó 6.480 euros a Bartolomé Muñoz
El empresario Manuel Carrillo ha confesado en el juicio a la trama de corrupción Pretoria que entregó 6.480 euros al entonces alcalde de Santa Coloma de Gramanet, Bartolomé Muñoz, que le pidió a cambio de que se adjudicara a su empresa Limasa un contrato de limpieza.
Lo ha admitido en la tercera sesión del juicio que celebra la Audiencia Nacional y en la que ha reconocido ser autor de un delito de cohecho tras haber llegado a un acuerdo con la Fiscalía Anticorrupción sujeto a su declaración.
En virtud a su confesión, la fiscal Ana Cuenca ha anunciado que pedirá para él en su escrito de conclusiones definitivas 6 meses de cárcel que se pueden sustituir por una multa de 7.200 euros y además otra multa de 12.480 euros, al aplicársele la atenuante de confesión del daño.
Esto supone una reducción de la petición de la pena, que inicialmente era de tres años de cárcel y casi 20.000 euros de multa para él.
La acusación ejercida por el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramanet (Barcelona) se ha sumado también a la petición de la Fiscalía y el tribunal ha exonerado a Carrillo de acudir a las sesiones del juicio.
"Sí, yo le entregué los 6.480 euros que me había pedido", ha dicho Carrillo en relación a Muñoz, dinero que le entregó en su despacho de la Alcaldía en tres cantidades de 2.100, 1.980 y 2.400 euros en tres "sobrecitos" que había preparado en una cafetería al lado del consistorio, según ha confirmado él y se ha podido oír en conversaciones telefónicas reproducidas en la sala.
En las mismas, el entonces alcalde socialista le decía al empresario que no se preocupase porque el contrato ya estaba "liquidado y ni una palabra a nadie". "No sabes lo que te lo agradezco", le respondió Carrillo.
A cambio de la adjudicación del contrato, Carrillo también aportó 6.000 de los 12.000 euros que el alcalde le pidió para esponsorizar un club deportivo de Santa Coloma y ha dicho que lo hizo por su "deformación profesional" de atender las peticiones del ayuntamiento "a la mayor prontitud" y para tener una "relación normal y correcta" con el regidor.
El administrador de Limasa, la empresa que se ha venido encargando de la limpieza de los edificios públicos de la localidad desde los años 70, ha dicho que la entonces directora del Área de Servicios Territoriales del Ayuntamiento se puso en contacto con él para que aclarasen algunas cuestiones del contrato.
Después, Carrillo ha dicho que tras una reunión con los técnicos del ayuntamiento se figuró que su empresa "iba por el buen camino".
Efectivamente, el contrato finalmente se le adjudicó a Limasa, pese a que, según la Fiscalía, no presentaba la oferta más ventajosa del concurso.