TERRORISMO/ANÁLISIS
Miriam Hatibi: «La integración no puede depender de la mezquita»
La portavoz de la fundación Ibn Battuta, que vivió 16 años en Bellpuig, analiza el papel de las organizaciones y las escuelas en la integración de la comunidad musulmana
¿Qué papel juegan las mezquitas en la integración de la comunidad musulmana?
Las mezquitas no necesariamente deben tener un papel integrador porque cumplen una función religiosa y la integración no puede depender de la mezquita. Es el punto de encuentro entre personas que se ayudan entre ellas, es un lugar donde un musulmán puede estar cómodo, pero somos las fundaciones y las ONG quienes trabajamos para la integración en todos sus aspectos.
En Bellpuig se formó en una escuela religiosa, ¿cuál fue su experiencia?
En el centro trataban muy bien la diversidad religiosa, era una convivencia real. En mi curso llegamos a ser tres alumnos musulmanes en un grupo de veinte y era todo muy natural y sin problemas. Era un modelo muy inclusivo, como una familia.
¿Qué se puede hacer para prevenir actitudes islamófobas?
Naturalizar la diversidad. Por ejemplo, en las escuelas podría haber una persona musulmana de referencia para cualquier pregunta o duda que pueda surgir. Hay muchísima gente en Lleida que estaría encantada de participar en un proyecto como este y no es muy complicado, es solo tener un número de teléfono para cuando pueda ser necesario. Además, no puede ser que tengamos profesores islamófobos. Estoy defendiendo no tolerar el discurso del odio y creo que en algunas reuniones de profesores se hacen comentarios islamófobos, machistas o racistas y nadie puede aceptar esto. Se tienen que ver las escuelas como un lugar donde todos se tienen que respetar y hacer que la convivencia sea fácil, teniendo en cuenta que no todos somos iguales y que no pensamos las mismas cosas.
¿En qué momento surgió la idea de organizar un acto contra el terrorismo como el del lunes en Barcelona?
El jueves pasado, cuando sucedieron los atentados, muchos musulmanes empezaron a decir que se tenía que organizar algún acto y desde diferentes comunidades y asociaciones decidimos prepararlo y terminamos siendo más de 150 entidades. Yo estaba muy emocionada porque había gente de todas partes de Catalunya y muchas familias, además de diferentes colectivos. Estaban todos muy entregados.
Saber que el imán de Ripoll fue el encargado de la radicalización de los responsables debió de ser una mala noticia para ustedes, ¿cómo recibieron esta información?
Con desconcierto. Se supone que el imán es la persona responsable de guiar a estos chicos y en las mezquitas hay mucho control. Ahora hemos sabido que la radicalización no fue dentro de la mezquita sino fuera y este es un dato importante, saber que no es que el imán fuera claramente radical y nadie lo hubiera detectado, sino que se aprovechó de este espacio para radicarlizarlos en distintos encuentros. Esto deja claro que tenía un objetivo, aprovechar la mezquita para contactar con los chicos y cumplir su agenda: que hubiese un atentado en Barcelona.
¿Ha vivido un cambio de actitud de la sociedad tras los atentados?
Con todo lo que hemos ido organizando y haciendo estos días, hemos recibido críticas de los sectores más islamófobos de la ciudadanía, aunque es verdad que cuando vas por las calles de Barcelona recibes más reacciones positivas que negativas. Además, la islamofobia en las redes sociales es brutal y la gente es muy atrevida detrás de una pantalla, pero en la calle recibimos muchos mensajes de apoyo.
Es muy activa en redes sociales y tiene muchos seguidores, ¿qué uso quiere dar a estas plataformas?
Lo que quiero es que mis redes sean un lugar para que la gente que tenga preguntas pueda encontrar las respuestas. Es por esto que recomiendo libros y artículos y doy mi opinión.
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