Más policías en las calles de Barcelona y obstáculos móviles contra los atentados

Más presencia policial en las calles y, sobre todo, unanimidad en el uso de obstáculos móviles en zonas de gran concentración en Barcelona fueron algunas de las medidas acordadas este miércoles en la Junta Local de Seguridad celebrada con carácter urgente entre el ayuntamiento, la Generalitat y el Gobierno central.

La Generalitat y el ayuntamiento de Barcelona aumentarán la presencia policial de Mossos y Guardia Urbana, al tiempo que incrementarán el uso de obstáculos móviles en zonas de gran concentración en la ciudad y estudiarán peatonalizar entornos de carácter simbólico. La alcaldesa, Ada Colau, presidió este miércoles la Junta Local de Seguridad para evaluar el operativo que se activó tras el atentado en Les Rambles, una reunión a la que asistieron también el delegado del Gobierno en Catalunya, Enric Millo, y el conseller de Interior, Joaquim Forn, además de representantes de diversos cuerpos de seguridad y de servicios de emergencia.

Entre las medidas acordadas está el incremento del uso de obstáculos móviles en lugares con gran concentración de personas, o estudiar los entornos con gran afluencia y de carácter simbólico para establecer medidas de carácter permanente, como la peatonización de vías, la instalación de obstáculos fijos u intervenciones urbanísticas específicas.

También, forma inmediata, según anunciaron, está el aumento de dotaciones policiales en la ciudad, tanto de Mossos como de Urbana. Los Mossos incrementarán igualmente su presencia en otras poblaciones turísticas importantes y en acontecimientos de gran afluencia de público, como partidos de fútbol, conciertos, manifestaciones como la del sábado en Barcelona contra el terrorismo o la de la Diada, o eventos como las Fiestas de La Mercè. Se impulsará además la participación de las policías locales en la aplicación de las medidas antiterroristas.

Mientras, tanto el ministerio del Interior como los Mossos aseguraron que no recibieron ninguna petición por parte de un alcalde belga de datos sobre el imán de Ripoll, Abdelbaki es Satty, quien murió en la explosión de la casa de Alcanar.

El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, que se reunió en París con su homólogo galo, dijo que “ni la Guardia Civil ni la Policía fueron alertados por Bélgica del peligro del imán de Ripoll”. Por su lado el portavoz del Gobierno de Mariano Rajoy, Íñigo Méndez de Vigo, dijo que el interlocutor con Europol es la Policía Nacional, descartando así a los Mossos.

Detalles

La Sagrada Família, objetivo de los yihadistas La célula terrorista esperaba a que se secaran los explosivos fabricados en su casa de Alcanar para cometer un ataque de gran envergadura a monumentos e iglesias de Barcelona, entre ellas la Sagrada Família. Según fuentes jurídicas, la posibilidad de un atentado inminente en Barcelona fue apuntada por Mohammed Houli, el terrorista herido en la explosión del chalé de Alcanar, en la segunda de sus declaraciones tras ser detenido por los Mossos, un testimonio que fue clave para desarticular a la célula terrorista. Houli, que ingresó el martes en prisión preventiva tras prestar declaración ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, explicó que los otros miembros de la célula le habían informado de que aún no estaban listos para los ataques. Su propósito era, posteriormente, trasladar los explosivos en furgonetas para hacerlos detonar en varias iglesias de Barcelona, entre ellas la Sagrada Família por ser el monumento más conocido de la capital catalana. Según los expertos, el explosivo que fabricaban en Alcanar, triperóxido de triacetona (TATP), se puede dejar secar durante unas horas para convertirlo en polvo y hacerlo más potente, pero también más inestable. Una vez seco, se debe utilizar dentro de las siguientes semanas, ya que va perdiendo fuerza. El mismo miércoles a las ocho y media de la tarde, tres horas antes de la explosión del chalé, adquirieron 15 fundas de almohada y bridas para meter las bombas. Sin embargo, tras la explosión accidental en Alcanar en la que murieron dos de los terroristas, uno de ellos el imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, los yihadistas se vieron obligados a improvisar por lo que se usó una de las furgonetas alquiladas para el atropello mortal en Les Rambles y se decidió comprar armas blancas la misma noche del jueves en Canrils para atacar en la localidad. Según los Mossos, la célula usaba una masía abandonada de Riudecanyes como refugio, mientras que el chalé de Alcanar era destinado a la fabricación de explosivos. Varios indicios apuntan a que los terroristas estuvieron en la masía antes del ataque de Cambrils y que, tras comprar un hacha y cuatro cuchillos en un comercio, regresaron a Riudecanyes para quemar los comprobantes, antes de usar el Audi A3 que emplearon en el atentado por la noche.