ESNOTICIA
El secreto de las urnas custodiadas en clandestinidad
Fueron guardadas por vecinos
Los días previos al referéndum, mucha gente se preguntaba dónde estaban las urnas y el material para el referéndum. Este era uno de los secretos mejor guardados de la organización del 1-O y en cada localidad de Lleida, los coordinadores se encargaron de asegurar que los colegios electorales pudieran abrir sus puertas con todas las garantías. En algunas localidades, todo el utillaje necesario para que los vecinos pudieran ejercer su derecho a voto llegó hace tres semanas y se guardó en casas particulares, en lugares estratégicamente situados para que pudieran transportarse rápidamente hasta los puntos de votación. En la mayoría de los casos, se dividió el material y, por ejemplo, una persona guardaba las urnas y otra las actas para constituir las mesas y hacer el recuento de votos. Con este sistema, si los cuerpos policiales interceptaban a un vecino con papeletas o notificaciones para formar parte de una mesa electoral, no se llevaban todo lo que se necesitaba para garantizar el referéndum en un pueblo. En una localidad del Pirineo, las urnas se repartieron a los responsables de los colegios electorales en un parking cerrado a partir de las 23.00 horas del sábado, y llegaron a los centros en bolsas. En otro municipio leridano, cuando llegó el material hace semanas, se escondió primero en espacios privados y solo unas horas antes de la constitución de las mesas, se trasladó hasta lugares estratégicos para que el reparto fuera ágil y rápido. Fuentes consultadas por SEGRE explicaron que “hubo mucha gente implicada, fue un trabajo en equipo de país” y aseguraron también que “la clave estaba en que nadie lo sabía todo”. Según una radio francesa se imprimieron más de seis millones de papeletas en Elna, localidad vecina de Perpinyà, y el periódico Ara añadió que las urnas también se guardaron en la misma ciudad, donde llegaron procedentes de China.
Finalmente, en la Val d’Aran se pudo votar en una vivienda de Bausen, en la casa rural propiedad de Mireia Boya en Les, en el edificio del Centre Excursionista en Salardú, en el IES Aran de Vielha y en un espacio en la entrada de Vilamòs. El Síndic, Carlos Barrera, acudió a este último y aseguró ayer que no se encontró con ningún problema para votar.