Los ciudadanos desbordan las calles tras la victoria del “paro de país” cívico

El “paro de país” congeló ayer la economía de las comarcas de Lleida y de toda Catalunya en una respuesta cívica contra las cargas policiales del domingo para intentar frenar el referéndum. La huelga dio paso a una multitudinaria movilización que desbordó las calles, con 45.000 personas en el centro de la capital del Segrià.

Empresas, comercios, servicios como la educación y la sanidad y transportes se paralizaron ayer de forma mayoritaria en Lleida y en toda Catalunya, al igual que el campo, que dieron así una respuesta cívica contra la represión policial el 1-O en un intento de frenar el referéndum, dando así un respaldo mayoritario al llamado “paro de país” convocado por la Taula per la Democràcia. La jornada comenzó con cortes en las principales vías de comunicación con miles de tractores, hasta cinco mil en toda Catalunya, tomando en buena parte el protagonismo. Mientras, en las empresas el paro era aplastante, con cerca de un 80 por ciento se seguimiento, bien total o parcial, por parte de las compañías de la provincia, según la patronal Pimec.

El paro se confirmó en un éxito y dio paso por la tarde a protestas multitudinarias que dejaron pequeñas las calles de las principales ciudades y pueblos catalanes. En Lleida se calcula que fueron al menos 45.000 las personas que marcharon por la capital del Segrià, mientras en Barcelona se acercaban al millón, unas 700.000 según los cálculos de la Guardia Urbana.

Los socialistas culpan a Santamaría y piden reprobarla y el PP, sin apoyo político para usar el 155

Así, el protagonismo fue ayer total para los ciudadanos, en una jornada en la que el vicepresident, Oriol Junqueras, quiso destacar que Catalunya entera exigen “ser su voluntad democrática, de paz y de justicia”.

Desde Madrid el protagonismo lo quiso tomar el rey con un duro mensaje contra los independentistas catalanes, a los que acusó de desleales. Dijo que el Estado debe “asegurar el orden constitucional” ante quienes quieren “quebrar la unidad de España”. El llamado bloque constitucionalista da signos de estar más desunido de lo que puede parecer y los socialistas culpan de las cargas a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y proponen su reprobación. El PP descarta aplicar el artículo 155 por falta de apoyos políticos. La UE, entretanto, insiste en que el catalán es un asunto interno y confía en que la situación se calme.