ESNOTICIA
Puigdemont llama en Bruselas a votar el 21-D y pide a Rajoy acatar el resultado
Afirma que no pedirá asilo a Bélgica y que se ha trasladado por “seguridad”
Un llamamiento a la ciudadanía catalana a votar el 21-D y un desafío al Gobierno para que acate el resultado. Estos fueron los ejes de la comparecencia ayer en Bruselas del President Carles Puigdemont, que aseguró que no pedirá asilo político y argumentó que se ha trasladado por “seguridad” jurídica y personal y para internacionalizar el procés.
El President Carles Puigdemont hizo ayer sus primeras declaraciones públicas desde que él y parte de su Govern se trasladaron a Bruselas. Compareció en la capital belga con seis de los consellers cesados en aplicación del artículo 155: Joaquim Forn, Toni Comín, Dolors Bassa, Meritxell Borràs, Clara Ponsatí y la leridana Meritxell Serret. Ante medios de comunicación de toda Europa, Puigdemont llamó a la ciudadanía catalana a votar el 21-D y a prepararse para un “largo camino” hacia la independencia. “Ralentizar la república es un precio razonable”, dijo, a cambio de evitar cualquier forma de violencia. Asimismo, pidió al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a aclarar si acatará el resultado de la votación.
Puigdemont se refirió a las elecciones como un “reto democrático” y garantizó que “respetará el resultado, sea cual sea”. “¿Hará lo mismo el Gobierno?, se preguntó, e instó al Estado y a los principales partidos que apoyaron el 155 (PP, PSOE y Cs) a pronunciarse al respecto. Este desafío llega cuando el último sondeo del CEO apunta a una nueva mayoría independentista, y después de que altos cargos del PP como el vicepresidente del Senado, Pedro Sanz; y el presidente de los populares catalanes, Xavier García Albiol, apuntasen a prolongar la intervención más allá de los comicios (ver SEGRE de ayer).
El President pidió a los catalanes que se preparen para un “camino largo” a la independencia
Sobre su marcha y la de parte de su Govern a Bruselas, afirmó que se debe a una estrategia de “no confrontación” con el Estado. Una maniobra que, a su juicio, le permite atraer la atención internacional sobre el conflicto entre Catalunya y España desde “el corazón institucional de Europa”; evita una “oleada de violencia” si se hubieran resistido a la intervención estatal; y le garantiza “libertad y seguridad” ante la amenaza de una querella por rebelión que “no busca justicia, sino venganza”.
“No he venido a Bruselas a pedir asilo político”, subrayó, después de que el lunes se barajase esta hipótesis. No pudo precisar cuánto tiempo permanecerá en la capital belga, donde se aloja en un hotel de tres estrellas cerca del centro. Se limitó a afirmar que no pretende eludir a la justicia, y aseguró que volvería “de inmediato si tuviera garantías de un juicio justo” ante la amenaza de penas de prisión que “pueden sumar más de 500 años” entre miembros del Govern y del Parlament.
La posibilidad de “fianzas abusivas” y de prisión preventiva, como sucedió con los líderes de la ANC y Òmnium, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, sirvió a Puigdemont para argumentar que “se persiguen ideas y no delitos”. Horas después, la Audiencia Nacional lo citó a él y a todo su Govern a declarar entre el jueves y el viernes y reclamó 6,2 millones de fianza, que deben depositar en un plazo de tres días. De lo contrario, les embargarán sus bienes.
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Tanto Puigdemont como sus consellers insistieron en que son los legítimos gobernantes de la Generalitat, y el President añadió que “ninguno deja el Govern” a pesar de los decretos de cese, ya sean los que están en Bélgica o los que siguen en Catalunya. Durante su comparecencia con seis miembros de su Executiu (Lluís Puig, al parecer también en Bruselas, no apareció ante las cámaras), aseguró que el vicepresiente, Oriol Junqueras, y el cabeza de lista de JxSí, Raül Romeva, dirigen el trabajo en Catalunya. Junqueras y Romeva se reunieron por la tarde con Josep Rull y Carles Mundó en el Parlament. Quisieron escenificar que el Govern “trabaja con normalidad” y lo hicieron con un encuentro que coincidió con el día en que suele celebrarse la sesión semanal del Consell Executiu. Al cierre de esta edición, y tras muchas especulaciones, al menos Joaquim Font y Dolors Bassa regresaron a Barcelona.